Revista Libros

Que nadie se mueva, de Denis Johnson

Publicado el 26 enero 2012 por Aramys

Que nadie se mueva, de Denis Johnson

Tengo la (in)sana costumbre de leer blogs. Un montón de blogs. Montones de blogs de libros. Para bien o para mal, aunque más bien para mal porque uno siempre acaba comparando el suyo con todos los que lee, y eso es un ejercicio fatal. Siempre acaba uno perdiendo. Uno de los blogs que intento leer siempre, por su calidad en las entradas y porque el autor me gusta mucho fuera de su faceta de bloguero (eso es como escritor) es el de Javier Calvo. Traductor conocido donde los haya y muy admirado por el fandom  Mundodisquero (entre los que me incluyo) al ser uno de los mejores y mas duraderos traductores de esa saga.

Bien.

Pues es en una entrada del blog de Javier Calvo donde yo leo por primera vez el nombre de Denis Johnson y más concretamente el de esta novela, Que nadie se mueva. Calvo dice cosas como  ¨Hay algo de esa poesía mística de Johnson, por fin, reducida a su mínima expresión pero perceptible en las breves descripciones alucinantes y geniales¨   o ¨Os lo dice alguien que se siente tremendamente afortunado de haber traducido ya dos novelas de este genio.¨ Podéis leer la entrada completa aquí.

Esa entrada fue escrita en mayo del año pasado, han pasado muchos meses, pero  cuando me entere de que Roja y Negra estaba a punto de publicarla me faltó tiempo para lanzarme sobre  ella. Se me había quedado gravado el comentario de Calvo y tenía que leer la novela.

Y Calvo tenía razón en todo. Y más.

Empecemos por el principio. Que nadie se mueva fue originalmente escrito para la revista Playboy y fue concebida en cuatro entregas, una por numero, al mas puro estilo Pulp de los años cuarenta y cincuenta. Ahora se han reunido las cuatro partes en una para dar forma a esta excelente novelita. De hecho, si no supiéramos que la novela se partió en cuatro para ser publicada en una revista, ni siquiera nos daríamos cuenta al leerla.

Denis Johnson, un tío que nació en Munich y creció entre Tokio, Manilla y Washington. Un tío que no quiere nada o casi con la prensa y la TV y que vive recluido en su casa de Idaho con su familia. Se le compara con Bukowski. Y es un autor de culto en USA.

A si, y ha ganado el National Book Award con Árbol de humo, que también quedo finalista en el Pulitzer.

Perfecto.

Que nadie se mueva es bastante… si, acojonante. Os diré que la novela es bastante corta, 189 páginas que os inyectareis sin piedad, aun así, yo la ice durar unos tres días por puro placer. Bien. La segunda noche, iba sobre la página 90, soñé con Anita Desilvera.

¿Quién es Anita Desilvera? Oh, eso viene luego.

Primero tenemos a Jimmy. Jimmy Luntz. Un perdedor nato. Un tipo que canta en un coro, lleva esmoquin  blanco y debe mucha pasta. Un tipo que pierde en todo; en el juego, en las apuestas, hasta en el boxeo, siendo él el acaba siempre noqueado. Y llega un día en que a la salida de un concierto de mala muerte le espera un tipo que quiere cobrar su parte de una deuda. Mal asunto. Un tipo con un Cadillac precioso. Un tipo que se llama Gambol.

Gambol es un matón. Gambol quiere ajustar cuentas con Jimmy para cobrar una parte de la deuda que Jimmy tiene con su socio, Juárez. Así que se lleva a Jimmy en su Caddy a ver si le puede hacer pagar parte de esa deuda tan importante.

Y tenemos  Anita Desilvera, por supuesto. Anita es una morena impresionante y feroz, una femme fatale absoluta, definitiva, una mujer de orígenes indios, de norte confuso, de pasado roto. Descarada, peligrosa, voraz y con un plan.

Y está Juárez. Y Sally Fuck. Y Capra. Y Mary.

La cosa sigue así; tenemos a Jimmy y Gambol metidos  en un coche y con un destino incierto, pero seguramente doloroso para una de las partes.  Y tenemos a Anita, que esta en un cine con una botella de vodka, emborrachándose y llorando a partes iguales camuflada en la oscuridad de las butacas.

Eso es todo lo que necesitáis saber.

Denis Johnson no ha escrito una novela negra. Denis Johnson ha escrito una novela oscura, descarnada, violenta, sórdida y lirica. Una novela que se sale de los cánones de las novelas noir y se coloca milimétricamente al lado de las road-movies. Más exactamente. Esta novela es una road-movie totalmente hard-boiled, tiene los elementos de una novela negra mas los elementos de una película de carretera; llena de moteles, persecuciones, matones, escondrijos, chivatos, perdedores, carreteras secundarias, noches larguísimas, pistolas y muertos.

Y una buena dosis de odio.

La historia no es nueva, alguien le debe pasta ha otro alguien y este ultimo intenta cobrar. Eso ya lo hemos visto antes. Con Johnson no funciona así. El tío te pone los pelos de punta. Johnson crea un ambiente deshumanizado y sin esperanza, lejos de lo que se supone que es una peli-un libro, sobre matones que quieren cobrar, lejos. Los personajes son exactamente lo que NO esperáis, cuando creáis que se comportaran de una manera, ¡zas! Lo hacen justo de otra, están tan bien dibujados, están tan bien perfilados, que os juro que os pondrán los putos  pelos de punta. Anita por ejemplo, es…bueno, es un personaje tan bueno, TAN BUENO, que joder, seguro que soñáis con ella. Es tan DIRECTA y tiene tanta mala hostia que os vais a enamorar. Perdidamente. O Jimmy, oh…Jimmy, Jimmy, Jimmy, un tío que no tiene nada, que la caga una vez tras otra y que SIEMPRE tiene un comentario ADECUADO para el momento. Aunque estén a punto de pegarle un tiro. O a punto de comerse sus pelotas. Os lo juro es DEMENCIAL.

Toda la novela es una locura, los diálogos son una locura tras otra, tan afilados, tan CORTANTES, tan BUENOS. Olvidad la ironía, eso es para aficionados. Aquí estamos hablando de algo superior, hablamos de matar gente, joder, y hablamos en serio. Hablamos de tíos con sed de venganza EXTREMA, ya sabéis,  pillar al tío, hacerlo sufrir, torturarlo, matarlo y enterrarlo con un pico y una pala en un lugar apartado en una carretera secundaria.

¿si? Pues eso.

Que nadie se mueva
Denis Johnson
Ed Roja y Negra (Mondadori) 2012
198 páginas.

Por cierto, mi sueño con Anita Desilvera no fue nada guarro. Nada.



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