Carta de Obianuju Ekeocha, una mujer africana de 32 años dirigida a la sra. Melinda Gates:
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Habiendo crecido en un pueblito apartado de África, he sabido siempre que una nueva vida es bienvenida con gran gozo y alegría.
En efecto, tenemos un “clarion” (grito o canto) especial en nuestro pueblo que cantamos solamente en ocasión de los nacimientos y otro especial para los matrimonios.El primer día en la vida de todo bebé es celebrado por el pueblo entero con danzas (¡danzas reales!), aplausos y cantos – una suerte de “Gloria in excelsis Deo".
Lo que puedo decir con certeza es que nosotros, como sociedad, AMAMOS y acogemos a los bebés. Con todos los desafíos y problemas que hay en África, la gente está acostumbrada a quejarse y lamentar sus problemas abiertamente. He crecido en este ambiente y he escuchado a las mujeres (como a los hombres) quejarse de todo tipo de cosas. Pero NUNCA he escuchado a una mujer quejarse por su bebé (nacido o no nacido).
Incluso con servicios médicos carentes en la mayoría de lugares, las mujeres son valientes en los embarazos. Y una vez el bebé llega, con gracia y heroismo se elevan al nivel de su tarea maternal.
Yo me formé y trabajé por casi cinco años en un ambiente médico en África, sin embargo nunca escuché el término clínico “depresión post-partum” hasta que fui a vivir a Europa. Nunca lo escuché porque nunca lo experimenté ni lo presencié, incluso con la tasa relativamente alta de nacimientos alrededor mío (podría estimar que al menos una miembro de mi familia o amiga cercana dio a luz cada mes. O sea que he visto al menos 12 bebés nacer en mi vida cada año.)
En medio de todas nuestras aflicciones y dificultades africanas, en medio de las inestabilidades socio-económicas y políticas, nuestros bebés son siempre un firme símbolo de esperanza, una promesa de vida, una razón para luchar por una herencia de un futuro mejor.
Así, hace unas semanas me enteré del plan y promesa de Melinda Gates de implantar las semillas de su “herencia” en 69 de los países más pobres del mundo (la mayoría de los cuales están en África Sub-Sahariana).
Su compromiso es recoger contribuciones por casi 5 billones de dólares para asegurar que la mujer africana sea menos fértil, menos gravada y más “liberada”. Con su inestimable riqueza quiere remplazar la herencia de la mujer africana (su niño) con la herencia de “sexo libre-de-niños.
Muchos de los países a los que apunta son países católicos, con millones de mujeres católicas en edad fértil. Estas mujeres católicas han sido correctamente instruidas por la Iglesia que las medicinas y dispositivos anticonceptivos son inherentemente creadores de división.
En contraste con lo que sucede en el mundo desarrollado occidental, existe una muy alta tasa de conformidad con la Humanae Vitae de Pablo VI. Pues estas mujeres africanas, con toda humildad, han escuchado, entendido y aceptado las palabras preciosas del Papa profético. Interesante como gente con un nivel de instrucción mucho más bajo puede entender claramente cosas que la lectora promedio de Vogue o Cosmopolitan, de clase alta, se rehusa a entender. Quizá es la humildad lo que hace la diferencia.
Puesto que la mayoría de mujeres africanas practican y adhieren fielmente a un credo (principalmente cristiano o en algunos casos musulmán), existe una alta consideración por el sexo en la sociedad, especialmente por parte de las mujeres. El sexo es sagrado y privado.
¡En el momento en que estas enormes cantidades de medicinas y dispositivos contraceptivos sean inyectados en las raíces de nuestra sociedad, empezarán sin duda a erosionar y envenenar la ética moral sexual que ha sido entretejida en el DNA de nuestra sociedad por nuestra fe, de modo muy semejante a la erosión que tuvo lugar en el mundo occidental después de la conferencia de Lambeth de 1930! De un solo golpe seco los fieles podrían ser separados de la fe que profesan.
Tanto el trabajador del sector salud que se encontrará distribuyendo la herencia de Melinda como la mujer que será encadenada por este regalo, serán separados de sus creencias religiosas. Quedarán en una posición precaria para desafiar su fe – todo por un “sexo seguro.”
Incluso a primera vista, cualquiera podría darse cuenta que un acceso ilimitado y facilitado a contraceptivos en África seguramente aumentará la infidelidad y la promiscuidad sexual a medida que el sexo es presentado por este multi-billonario proyecto como un placer casual que puede practicarse sin condiciones – y sin bebés. Piensen en la propagación del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual a medida que hombres y mujeres con acceso abundante a contraceptivos tienen sexo con múltiples personas.
Y por supuesto habrá inconsistencias y fallas en el uso de estas medicinas y dispositivos, entonces seguirán complicaciones a la salud; una de las cuales es aborto no intencional. Y otros riesgos para la salud como cáncer, coágulos de sangre, etc. Mientras Europa y USA tienen sistemas de salud que funcionan, una mujer en África con un coágulo de sangre producido por anticonceptivos no tiene acceso a servicios de emergencia, una ambulancia o paramédicos. No, ella morirá.
Y ¿qué decir de la eliminación de los residuos médicos? A pesar del avanzado sistema de aguas residuales en los países del primer mundo, sabemos que la vida acuática sigue siendo afectada seriamente por los químicos que entran al sistema. En África, pueden estar seguros que tanto las grandes ciudades como los pequeños pueblitos rurales, los residuos son un problema real. Entonces, mientras 4.6 billones de dólares en medicinas, dispositivos intra-uterinos y condones son utilizados, será necesario su eliminación de modo seguro. ¿Podría por favor alguien mostrarnos cómo o dónde esto tendrá lugar? ¿En nuestras tierras de cultivo, de las que obtenemos nuestra comida? ¿En nuestras quebradas y ríos, de donde viene nuestra agua potable?
Yo solo puedo ver que estos 4.6 billones de dólares nos comprarán miseria. Veo que nos comprarán maridos infieles. Veo que nos comprarán calles vacías de las voces inocentes de los niños. Veo que nos comparán enfermedades y muertes prematuras. Veo que nos comprarán ser pensionados sin el cuidado tierno y amoroso de nuestros hijos.
Por favor, Melinda, escucha el grito que sale del corazón de una mujer africana y por misericordia canaliza tus fondos a pagar por lo que REALMENTE necesitamos.
Please Melinda, listen to the heart-felt cry of an African woman and mercifully channel your funds to pay for what we REALLY need.
Necesitamos:
- Buenos sistemas de salud. (especialmente pre-natales, neo-natales y de cuidados pediátricos)
Es sabido que las muertes post-partum y neonatales en muchos países de África Sub-Sahariana son alarmantemente altas. Esto es debido a la escasez de personal médico especializado, equipos y sistemas. Las mujeres no mueren porque están teniendo “demasiados” bebés sino porque no están recibiendo ni siquiera el cuidado post-partum más básico. Una complicación durante el parto puede convertirse fácilmente en fatal, tanto para la madre como para el niño. Aliviar este problema requiere centros de natalidad nuevos, bien equipados y con personal adecuado, construir unidades neonatales en lugares accesibles para las comunidades más pobres. Y si Melinda Gates insiste en reducir la población, puede proveer adecuados instructores de Planeación Natural de la Familia (NFP) y colocarlos estratégicamente en los centros de salud a los que acudirán estas mujeres. Al menos tendrían una aproximación holística y natural.
- Programas de alimentación para niños pequeños.
Esto serviría un doble propósito si se incorpora en programas gratis o altamente subsidiados de parvularios. Se nutriría y fortalecería así el crecimiento de estos niños quienes son tan vulnerables a la desnutrición, y serviría también para animar a los padres a llevar a sus chicos, de 3 o 4 años, a la guardería. En muchas partes de África los niños no asisten a guarderías porque es costoso y es considerado un lujo reservado a los ricos o las clases medias. El resultado de esto es que los niños pierden los primeros años cruciales cuando se les puede enseñar fácilmente las bases de la matemática o la lectura. Cuando llega el tiempo en que están considerados “listos” para la escuela, a los 7 o 8 años, encuentran dificultades académicas. Muchos de ellos nunca llegan al nivel esperado y después de seis o siete años abandonan la escuela. Es así que muchas jóvenes chicas serán dadas en esposas pues son estas chicas entre los 16 y 19 años las que serían desafortunadamente las recipientes perfectas del cuidado anticonceptivo global ofrecido por Melinda Gates.
- Buenas oportunidades de educación superior.
No se necesitan solamente nuevos edificios o libros sino programas educativos trazados con cuidado y que funcionen – becas, programas de prácticas para los niveles más altos, etc. A pesar de los problemas y obstáculos para la educación primaria y secundaria un número significativo de jóvenes chicas llegan a las universidades, politécnicos y academias. El problema sin embargo es que, la mayoría de las escuelas y recursos están por debajo de los estándares y son antiguos. Como tal, la calidad de la educación superior es baja y no puede compararse con la de países más privilegiados. A pesar de que los profesores dan su mejor esfuerzo y los estudiantes trabajan duro, el sistema es inadecuado y producirá siempre graduados que están en desventaja, que no tienen la seguridad para estar al nivel de sus iguales que han estudiado en otras partes del mundo.
- Programas de castidad.
Programas de este tipo en escuelas secundarias, universidades e iglesias crearían un sólido sistema de apoyo para formar, informar y asegurar a nuestras chicas y mujeres que el amor real es lo que es saludable y santo. Muchas chicas africanas ya no están tan seguras acerca de la ética de la moral sexual gracias a la difusión de la influencia de los medios de comunicación occidentales, películas y revistas. Debería apoyarse más programas que promuevan la abstinencia antes del matrimonio y la fidelidad en el matrimonio. Esta aproximación sería de gran ayuda a combatir la difusión del HIV y otras enfermedades de transmisión sexual en el continente. ¡Y seguramente contribuiría a que tengamos matrimonios más felices!
- Apoyo a oportunidades de micro-empresas para mujeres.
La mujer africana promedio es increíblemente feliz, trabajadora y resistente. Cualquier apoyo económico y de capacitación sería seguramente usado bien y con sabiduría.
- Fortalecer ONGs ya establecidas que protejan a la mujer del tráfico como esclavas sexuales, la prostitución, el matrimonio forzado, el trabajo infantil, la violencia doméstica, los crímenes pasionales, etc.
Muchas de estas ONG no tienen mucho éxito porque no tienen buena financiación. Aunque la mayoría de ellas tienen buenas intenciones, les falta estimulación profesional de parte de psicólogos, expertos en logística o personal médico para poder aproximarse de modo eficaz a los diversos problemas.
Tu herencia a África puede ser 4.6 billones de dólares y también para otras partes pobres del mundo. Pero por favor, que sea una herencia que lleve vida, amor y sonrisas al mundo necesitado.
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