Licitar es muy sencillo para las empresas registradas en la UE, concursar en contratos públicos en otros países de nuestro entorno es al mismo tiempo una fuente segura de ingresos y una buena forma de darse a conocer para posteriormente exportar servicios a ese ligar.
La legislación europea establece unas normas mínimas armonizadas que se aplican en licitaciones por encima de un valor determinado mientras que las de menos valor se rigen por las normas nacionales de cada país.
En todas las licitaciones:
- Están obligadas a aceptar documentos justificativos expedidos en otros países de la UE siempre que se ofrezca el mismo nivel de garantía.
- La información sobre la licitación debe estar a disposición de cualquier empresa interesada, sin importar el país de la UE en el que esté registrada.
- En los requerimientos para la licitación deben abstenerse de hacer referencia a marcas comerciales o patentes concretas al describir características de los productos o servicios que desean adquirir.
- Por supuesto, están obligadas a no discriminar a las empresas registradas en otro país de la UE.
Sin embargo existen una serie de situaciones por las que las administraciones pueden excluir de una licitación a cualquier empresa.
- Que la misma haya sido culpable de una falta grave
- Que no haya pagado los impuestos o cotizaciones a la Seguridad Social
- Que esté en situación de licitación o quiebra.
- Que se encuentre bajo administración judicial o haya cesado en sus actividades
- Que ante una administración pública haya realizado declaraciones falsas.