Revista Coaching

Qué no es una Revisión Semanal en GTD®

Por Jofoba @jordifortunybad

En el post de la semana pasada empezaba hablando de una situación que normalmente detectamos durante la Revisión Semanal, uno de los hábitos cruciales en GTD® y que cuesta más consolidar. Así que, hoy, y en los próximos post, voy profundizar en ella.

Gracias a los varios miles de alumnos que han participado en la Formación GTD® oficial, tenemos una buena base para apuntar las principales dificultades con las que te puedes encontrar antes que la Revisión Semanal se convierta en un imprescindible en tu vida

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Es tal la importancia de hacer bien la Revisión Semanal para que GTD® funcione, que existe un módulo formativo específico, el «GTD® Weekly Review Lab». En este módulo se lleva a cabo una Revisión Semanal completa y guiada, donde, además de acompañar a los participantes a través de todas las fases de su Revisión, ponemos sobre la mesa estas dificultades y las buenas prácticas para atajarlas.

Desde mi punto de vista, las principales dificultades que pueden encontrar las personas en la Revisión Semanal, las podemos englobar en tres grupos.

Inseguridad

Lo nuevo y desconocido cuesta, es normal. Superar la sensación de torpeza en las primeras Revisiones sólo es cuestión de práctica. Si estás empezando, es lógico que tu sistema necesite de algún reajuste, o que tengas algunas dudas, por lo que es habitual que en algún momento te atasques. Así que quítate cualquier indicio de presión. El camino es practicar, practicar y practicar. Revisar poco, es mucho más que no revisar nada. Revisar una vez al mes, es mucho más que no revisar nunca. Por aquí se empieza. Sin presión.

No tengo tiempo

Acompañando la fricción inicial, otra de las dificultades que detectamos surge de un «trending topic mundial», y no solo en el ámbito de la Revisión, sino en nuestra vida: disponer de «tiempo de calidad». Para llevarla a cabo, es necesario «estar a lo que estas». Así, la «teórica» dificultad en reservarse y mantener «contra viento y marea» este espacio, en los primeros momentos es, si cabe, peor, ya que no contamos aún con la experiencia para afirmarnos con seguridad que va a ser una de las mejores inversiones de tiempo y energía que podemos realizar durante la semana. De forma equivocada, tendemos a pensar que aprovecharemos mejor el tiempo haciendo que pensando. No debería ser así, pero blindar un espacio de tiempo para reflexionar, a mucha gente le parece casi una utopía.

Canibalismo

El ejecutar se come al reflexionar. Siguiendo con lo comentado en el punto anterior. Es muy tentador ejecutar en los momentos en los que tendrías que reflexionar. Más si durante la semana no has avanzado tanto como querías en tus temas y te sitúas frente a una o dos horas totalmente liberadas de compromisos. Si no tenemos demasiada experiencia en la Revisión Semanal, podemos tener la sensación de que estamos haciendo una buena revisión, pero no, una revisión para ponerse al día con lo atrasado no es una Revisión Semanal. La sensación de hacer/tachar es una, y la sensación resultante en la Revisión Semanal es distinta, y proviene mayoritariamente de la sensación de control derivada de poner nuestro sistema al día, devolverle su fiabilidad y tener una perspectiva clara y completa sobre todos nuestros asuntos.

Si se nos va la mano y estamos más de una hora, u hora y media, seguro que hemos hecho algo más que reflexionar. En la Revisión Semanal, no ejecutamos. En la Revisión Semanal, reflexionamos.

Paradójicamente, a muchas personas se les atraganta la Revisión Semanal precisamente porque no están haciendo una Revisión Semanal. Y esto, en parte, agrava las dudas a la hora de invertir recursos para consolidar el hábito.

En resumen, y para terminar, es importante empezar por tener claridad de ideas sobre qué es la Revisión Semanal y cuál es su propósito. Y si necesitamos «hacer», no hay problema, reservamos otro espacio de tiempo donde elegiremos con confianza qué hacer en él.

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Photo by Isaiah Rustad on Unsplash


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