Hay cosas que son inevitables, pero no por ello debemos trabajar para que se noten lo menos posible.
Es como cuando de pequeños habíamos hecho algo que no debíamos, y al llegar a casa, nuestras madres, con ese sexto sentido que rieté tu del detector arácnido del super-heroe ese ya otras veces mencionado, sabíamos que algo habíamos hecho casi casi sin poner un pie en la cocina. Y es que las madres de antes, gracias a dios las cosas cambian, siempre estaban allí, en la cocina.
Pues bien, que les bastaba olernos subir la escalera del portal y ya sabían que habíamos hecho eso que no teníamos que haber hecho. Pero eso son cuestiones materno-filiales, pero otra cosa bien distinta es que tengas una entrevista de trabajo y ya sólo bajarte del metro, el reclutador te huela el miedo en el cuerpo.
Aquí algunas recomendaciones para que no te traiciones los nervios en una entrevista de trabajo, con lo de tu madre, mejor te apañas tú solito:
El sudor:
Empezamos con la reacción nerviosa más difícil de controlar, aunque en momentos de estrés es normal que surjan reacciones fisiológicas de este tipo. No podemos dejar de sudar de forma voluntaria, pero si que podemos utilizar objetos como un pañuelo en el bolsillo con el que nos secaremos las manos con disimulo. La clave pasa por evitar que se noten, por lo que podemos ir con chaqueta para evitar que el entrevistador los vea o utilizar un buen desodorante que no transpire.
Las manos:
Muchas veces, de forma inconsciente, nos tocamos la cara, nos pasamos la mano por el pelo o jugueteamos con un papel, el currículum que vamos a entregar o un bolígrafo. Esto es una muestra de inseguridad, ya que puede entenderse como un escudo ante el entrevistador. Hay que evitar esos gestos, lo que no significa quedarse inmóviles. Podemos practicar ante el espejo posturas en las que nos sintamos cómodos, y utilizar las manos en movimientos rápidos y agresivos, que demuestran seguridad.
El habla:
Los nervios se pueden manifestar de dos formas. La primera es hablando rápido, a veces con frases inconexas; la otra es hacerlo lentamente, con frases eternas, un uso excesivo de muletillas e incluso tartamudeando. La mejor forma de controlar estos nervios es ensayando y hablar en público, por ejemplo, ante amigos o familiares. En nuestras respuestas debemos intentar utilizar un tono de voz claro, fuerte y pausado, y el lenguaje tiene que ser correcto y educado, prescindiendo de las muletillas y conciso, lo que transmite confianza.
La mirada:
Una persona que nos mira a los ojos cuando nos habla nos transmite más confianza que otra que lo hace mirando al suelo, al techo o que nos mira fijamente, sin parpadear, o con un parpadeo excesivo. Esa norma es básica en la entrevista laboral, por lo que deberemos aplicarla. Sin embargo, nos puede poner nerviosos y conducir a situaciones como las que hablábamos anteriormente, así que debemos recurrir al vídeo y al espejo para practicar, fijarnos en nuestras reacciones y corregir errores.
Que digo yo, que tampoco es que tengáis que tenernos miedo, hasta la fecha yo no me he comido a nadie… que yo recuerde, jejeje…
Hoy nos quedamos reflexionando con Lori Meyers – De Los Nervios:
Fuente:
- http://www.buscarempleo.es/ayuda-a-buscar-trabajo/como-evitar-parecer-nerviosos-en-una-entrevista-de-trabajo.html
- http://blog.infoempleo.com/blog/2014/02/11/cosas-que-debes-evitar-para-no-parecer-nervioso-en-una-entrevista/
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