Que no vayan de salvapatrias

Muchos de los que en estas últimas elecciones han optado por Podemos o por sus otras marcas blancas populistas, lo han hecho con la esperanza de que acabaran con muchas prácticas habituales de lo que ellos llaman casta, esperando otro tipo de forma de hacer política, más cercana al ciudadano, más cercana a sus problemas y necesidades, según ellos claro está.
Pero solo unas semanas después de los comicios muchos han visto como esas esperanzas de cambio en las actitudes y en el día a día de estos “nuevos” políticos han evidenciado que poco ha cambiado, pues sus prácticas, en muchos casos copian las de la casta que tanto han criticado. Y como muestra un botón. La reciente alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ya ha “enchufado” a su pareja, pues su formación política lo ha contratado de asesor. Y la del número dos de la alcaldesa también ha visto como la Concejalía de Vivienda de la Ciudad Condal la ha fichado en calidad de asesora. Pero no solo en Barcelona, Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid ha creado el puesto de Coordinación General de la Alcaldía, fichando para ese puesto a su sobrino. Que yo no critico esos “fichajes”, pues son legales y, además, no voy a entrar a valorar la valía y capacidad de esas personas para ser contratadas como asesores y menos aún en el caso de la pareja de Colau, que lo ha sido por su formación política. Lo que si critico son las formas, lo que si critico son estas actitudes, pues después de que se criticara a la “casta”, después de que se criticaran las prácticas de enchufismo, de contar siempre con los mismos, han llegado estas nuevas formaciones y han hecho lo mismo. Y dirán que se trata de personas cualificadas, trabajadoras, capacitadas y con cualificación, lo mismo que podían decir los otros de sus cargos de confianza, por lo que eso no me vale. Y no me vale porque si se les ha llenado la boca criticando estas prácticas lo que no es lógico es que las apliquen a la mínima de cambio. Eso es engañar a la gente, así que no vayan luego de salvapatrias.