Revista Opinión

Qué noche la de aquel día

Publicado el 28 mayo 2019 por Manuelsegura @manuelsegura

Qué noche la de aquel día

Ni los más viejos del lugar recordaban un esprint final tan ajustado, en unas elecciones autonómicas celebradas en la Región de Murcia, como el vivido en la madrugada del domingo al lunes. Ya estábamos advertidos por las encuestas, que nos hablaban de un empate técnico, pero nadie imaginó que eso se resolvería por apenas unos 500 votos de diferencia. El diputado número 17 era fundamental para el PSOE, pero también para el PP. Significaba sumar los 23 necesarios para alcanzar la mayoría, junto a los 6 de Ciudadanos. La formación naranja, como ya se había pronosticado, sube discretamente un par de escaños, pero tendrá la llave de la gobernabilidad en esta Región, así como en muchos ayuntamientos donde puede inclinar la balanza en uno u otro sentido. Quizá el concurso a veces necesario de Vox frene las intenciones de Cs en algunas de estas corporaciones.

El PSOE ha vuelto a ganar en la Región, evidenciando que lo de las pasadas generales del 28 de abril no fue un espejismo. Cuatro escaños más que en 2015 y unos 60.000 sufragios, fruto del voto útil de la izquierda que ha destrozado a Podemos-Equo. La formación morada se ha dejado por el camino 36.000 votos y cuatro escaños, quedándose como el grupo minoritario de la cámara legislativa. Difícil de digerir que el ingente trabajo de su grupo parlamentario a lo largo de la pasada legislatura reciba este enorme castigo por parte del electorado.

A Vox los sondeos le auguraban mucho más de lo obtenido. Sin embargo, sus cuatro parlamentarios son una más que aceptable tarjeta de presentación de un partido aún con una endeble estructura organizativa. Suma 61.000 votos, menos del 10%, pero un porcentaje muy alejado del 18,6% que arañó en las pasadas generales.

Los posibles pactos para alcanzar el palacio de San Esteban, sede de la presidencia regional, pasarán siempre por Cs. A tenor de lo que han arrojado las urnas, la lógica apunta a que se entiendan con el PSOE, la lista más votada, obteniendo contraprestaciones considerables, si quieren entrar en el Ejecutivo, como la vicepresidencia, varias consejerías y, quizá, incluso la presidencia de la Asamblea Regional. Algo que también podría ofrecerles el PP, segundo partido en votos, cuyo candidato apelaba en la misma noche electoral a “la inmensa mayoría social” de centro derecha resultante de estas elecciones (26 diputados frente a 19 de la izquierda), olvidando cuando se refería no hace tanto a los “pactos de perdedores”. A priori, no se barrunta en el horizonte regional un posible ‘pacto a la andaluza’, que pudo tener su lógica en la vecina comunidad para desalojar al PSOE tras casi cuatro décadas en el poder, pero que aquí tendría el efecto contrario para Cs: apuntalar al PP hasta los 28 años en el gobierno.

Otra opción sería un Ejecutivo en minoría del PP, con apoyo puntual de Cs y la abstención en la investidura de Vox. Pero los populares y naranjas precisarían de estos últimos para sacar adelante sus propuestas, al no alcanzar la mayoría por sí mismos, al sumar tan solo 22 escaños.

Así pues, todo está en el aire. En los próximos días comenzarán los contactos, que se presentan apasionantes. La autonomía de Cs para negociar no será plena y dependerá muy mucho de las directrices que se impartan desde su sede nacional. La posibilidad de canjear apoyos entre estos y los socialistas en la Comunidad Autónoma y el Ayuntamiento de Murcia parece poco probable a raíz de los resultados cosechados por el PP: PSOE y Cs suman 13 concejales y solo con los dos ediles de Podemos-Equo –alérgicos a cuanto huela a naranja– alcanzarían la mayoría en una corporación de 29 ediles. Se avecinan emociones tan intensas como las de la madrugada posterior al 26-M y que nos recordaban el título de aquella canción sesentera de los cuatro de Liverpool.

[eldiario.esMurcia 27-5-2019]


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