Es innegable que el cómic de superhéroes ha perdido gran parte de la frescura y la sorpresa que tenía en años pasados, sobre todo porque difícil es no enterarse de una noticia meses antes de poder leerla. El año pasado me entere de la muerte de uno de mis personajes favoritos Peter Parker del universo Ultimate.
La noticia me dejo bastante desanimado, puesto que no me gusta cuando los autores deciden eliminar personajes para llamar la atención de los medios sobre su obra.
Cuando tuve la oportunidad de leer el cómic en sí, fue la crónica de una muerte anunciada. A pesar de todo, sabiendo cómo iba a acabar, consiguió emocionarme hasta el último momento. La trascendencia de esos últimos capítulos, con el personaje sin mascara enfrentándose a sus villanos, para salvar a la gente que quería me resulto fascinante.
Volver a ver a Mark Bagley dibujando al personaje, con la presencia de los Ultimate, cuando Spiderman intercepta la bala de Punisher que iba para el capi, May recibiendo una llamada de su vecina diciendo que Peter está en peligro…
“No pude salvarle, a tío Ben. No pude salvarle… no importa lo que hiciera… Pero te he salvado a ti. Lo he conseguido. Lo he conseguido…”
La batalla final entre Spiderman y su enemigo más mortal que se salda con la muerte del primero, mientras el segundo aun derrotado, mantiene una sonrisa.
Si no es el mejor cómic que ha escrito Bendis, está muy cerca y para mí ha sido el mejor momento del año. Una muerte digna, para un personaje impecable que ha marcado un antes y un después en un universo que estaba de capa caída y desde entonces, se ha relanzado con muchísima más fuerza. La continuación de este acontecimiento con el nuevo Spiderman y lo que ha ocurrido en la serie “The Ultimates” son impresionantes y guarda una estrecha relación con la labor de Bendis.
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