Pues sí... pero "pa" verlas, que ya sabéis que ambas odiamos la cocina.... Pues, a pesar de esa animadversión a los hábitos culinarios, a ambas nos ha tocado esta Navidad celebrar en casa la Nochebuena, y ahí no hemos podido zafarnos del delantal... ¡Hasta hemos salido airosas con nuestros platos elaborados! Pero, a lo que vamos, las cacerolas.... Los origines de las actuales ollas hay que buscarlos hace más de 10.000 años... Durante el Neolítico ya se cocinaban los alimentos y, así, en Anatolia se encontraros restos de una cocina completa compuesta de cacharros de barro coloreados en tonos rojizos, grises y negros. Ya en la Antigua Roma y en la Grecia clásica se usaron nuevos materiales para la cocción, como la madera, el cristal o la plata, y no fue hasta el siglo XVII que no aparecieron las ollas de hierro forjado. Pero las que más nos atraen, por su belleza decorativa, son las recubiertas de esmalte... cuyo origen se remonta al sigo XVII. El aluminio y el teflón son el culmen en cuanto a materiales de los cacharros en la actualidad, por su comodidad y calidad..., pero nosotras seguimos admirando esas cacerolas decoradas, coloridas y originales que se ven por la red....
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Quien sabe si, a base de cenas navideñas, le cogemos el gusto a ser "cocinillas"... De momento, nos conformamos con decorar con nuestras cacerolas. ¿Cómo lo veis?