¿Y por qué es difícil escribir algo sobre Vida y Destino? Para empezar, porque no lo he terminado de leer. Ya me soplé más de 900 páginas y siendo sinceros me falta. Entonces ¿por qué no esperarse a acabarlo para comentar? Podría ser, pero así como van las cosas, esto acabará en una serie de revueltas o Keiko controlará Internet. Así que mejor me aseguro. Además, yo también tengo derecho a hablar de libros que no he leído ¿no?
Pero incluso, si hubiera acabado de leer esta novela, sería difícil comentar sobre ella ¿Por qué? Ahí les van algunos fun facts:
- Es el libro más extenso que he leído en mi vida (1104 páginas)
- Es el libro con más personajes que he leído en mi vida (al final hay una lista de personajes “principales”, me cansé de contar en 120).
- Es el único libro en mi vida en el que he tenido que hacer un esquema-árbol genealógico para entender los entresijos de la obra.
Difícil ¿no? Quizás estoy exagerando. Lo realmente difícil es decidir por quién votar en la segunda vuelta. Pero que conste que lo pronostiqué. Ya les había comentado que este sería un año de elecciones difíciles y que llegaríamos a tal punto en que votar en blanco no sería una opción tan de ficción. Desde enero. Ni Reinaldo Do Santos. Bueno, de ahí vi otro blog que comparó la novela de Saramago con la situación actual, pero en mayo (y ni siquiera me linkeó el muy csm). En fin, mejor hablemos de Vida y Destino.
Stalingrado. Segunda Guerra Mundial. El lugar donde se decidirá el destino de millones de personas. Es aquí donde se concentran los sueños, los problemas y las penurias de muchos personajes que se encuentran acorralados entre dos monstruos criminales. Hitler y Stalin. Y así como nosotros estamos entre Keiko y Humala, ellos se encontraban entre el fascismo más repugnante y el nacionalismo más absurdo. Entre Auschwitz y Treblinka. En estos casos ¿se debe votar en blanco?
A través de sus páginas, en Vida y Destino se siente la contradicción que rodea los personajes. Sienten que deben luchar por su patria, Rusia, pero saben que su gobierno mata de hambre a muchos campesinos y encierra o deporta sin razón a su propio pueblo. Sienten que luchan por su país, por una ideología, pero saben que los soldados que matan son tan proletarios como ellos, sacados de sus casas, lejos de sus familias. Cambian la lucha de clases por otra lucha quizás menos romántica. Y todos luchan. Luchan y luchan. Luchan por vivir, luchan por matar, luchan en los tanques y en los laboratorios. En esta obra casi se puede oler la pólvora, escuchar las explosiones y sentir el dolor de la guerra que produjo millones de muertos (aquí sÍ podría decirse que “nosotros matamos menos”).
No sé si la familia Sháposhnikov es el centro de la novela, pues ésta tiene demasiados centros. Lo cierto es que es más fácil usarla como guía para seguir el recorrido de la novela. Los personajes de esta familia son también con los que nos identificamos más fácilmente, en comparación con una cantidad ingente de militares y prisioneros. Y como toda familia tiene sus conflictos, sus rollos, su rutina.
La parte que más me viene gustando es todo lo relacionado a Víktor Schtrum, el físico nuclear. Me encantó toda la evolución de sus descubrimientos, su fe en la ciencia, no hay problema con los términos físicos. Creo que deberían escribirse más relatos de física subatómica.
Muchos ahora dicen que mejor votarán en blanco. Se les acusa de egoísmo, de falsa “pureza”. Al personaje de Víktor Schtrum se le acusaba de lo mismo, de solo pensar en su integridad científica sin preocuparse en su futuro ni el de su familia. Y Víktor se encuentra como muchos de nosotros en esa encrucijada: mantenerse fiel a sus creencias o apartarse de ellas para evitar un mal mayor ¿Solidaridad o dignidad?
Lima. Segunda Vuelta Electoral. El lugar donde se decidirá el destino de millones de personas. Lo que es yo, me llevaré Vida y Destino a la cola de la votación, para aprovechar y seguir leyendo (me ligó en las elecciones del año pasado con Millenium, avancé como 100 páginas). ¿No es absurdo pensar en libros cuando el país se cae a pedazos? Porque al menos parece que varios están en otra. Mario Vargas Llosa exhortó a todos a votar por Humala y un grupo de escritores entre los que destacan, además del Premio Nobel, Alfredo Bryce, Oswaldo Reynoso, Miguel Gutiérrez, Santiago Roncagliolo, Eduardo Gonzáles Viaña, entre otros han suscrito una carta en el que también apoyan a Ollanta. Todos tienen una posición. Pareciera que nos acercamos al fin. Y sin embargo, la vida continúa: la gente se enamora, va al trabajo, se pelean, lee libros. Como en Vida y Destino.
Finalmente, quería citar unos breves versos, que aparecen en la obra (pág. 803) y que creo que resumen todo:
"¿De qué materia está hecho tu caparazón?,
pregunté a la tortuga, y ella contestó:
"De miedos acumulados".
¡En el mundo no hay nada más sólido!"
Que el miedo no nos gobierne. Yo votaré por Ollanta.