¿qué Oculta La Decisión Del Aeropuerto En Texcoco?

La discusión relativa a la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), se ha centrado básicamente en el aspecto económico cuando el centro de atención debieran ser aspectos técnicos, de seguridad, ecológicos y algún otro más que nada tiene que ver con el dinero.
La razón de ésta mal dirigida conversación, se debe a la muy mal intencionada decisión del gobierno de Enrique Peña Nieto de iniciar la construcción en el peor lugar de los disponibles. Ahora que la construcción tiene algún avance, parecería un enorme desperdicio de dinero (que lo es) el cancelar la obra a estas alturas.

Pero como un hombre sabio dijo; “Si sólo te costó dinero. Te salió barato”.

Si cancelar la actual construcción del NAIM se reduce a tan solo una suma de dinero por fuerte que esta sea, yo la prefiero antes que aniquilar al ecosistema de la zona, poner en riesgo a miles de familias que sufrirán las inundaciones que con seguridad les afectarán además de otros tantos problemas que ya se han expuesto en muchos foros.

La nueva construcción se encuentra a tan solo cinco kilómetros del aeropuerto actual. Desde que tengo memoria, se dijo que la ubicación del actual aeropuerto era sumamente riesgosa pues un accidente provocaría daños monumentales en costo de vidas humanas y pérdidas económicas pues la ruta que siguen los aviones para aterrizar atraviesa una ciudad densamente poblada. Esta situación no solo no mejora con el nuevo aeropuerto sino que por el contrario la complica más, pues las rutas de aterrizaje serán prácticamente las mismas y con el aumento de vuelos operados, el riesgo de un accidente es mayor.

Yo prefiero sin lugar a dudas perder la inversión del avance del proyecto en marcha, y solucionar todos los demás asuntos en forma definitiva antes de que se conviertan en un problema que arrastraremos de por vida, y que heredaremos conscientemente a las generaciones futuras.

Es evidente que detrás de la decisión de Texcoco, hay muchos intereses ocultos que nada tienen que ver con darnos la mejor solución a los ciudadanos. Es notoria la intención comercial del aeropuerto y no su vocación funcional.

Si analizas bien todos los razonamientos que defienden el proyecto en marcha, te darás cuenta que de forma evidente o soslayada, detrás de cada argumento se esconde un interés económico y no uno práctico y funcional.