La realidad actual de los casi 12 millones de cubanos obliga a desvestir de cualquier romanticismo aquella marea guerrillera que se alzó con el poder en Cuba en 1959. A mi entender poco queda de los presuntos ideales de entonces, laminados por los penosos niveles de vida que hoy en día sufre la mayoría de los habitantes de esa isla caribeña. Y la situación se ha agravado con la reiterada crisis mundial en un país que lleva muchos años, tras la caída del apoyo y cobijo de la URSS, en una verdadera crisis social.
Sin embargo, aquí está uno de los hechos diferenciadores… ¿dónde están los críticos al régimen cubano? ¿únicamente en Miami? Pues no, el sentir de muchos residentes en esa isla es de decepción, de estar sometidos a un autobloqueo que los mantiene con problemas en el abastecimiento de alimentos, recursos básicos, electricidad, combustible; viviendo en condiciones de insalubridad (aunque luego tengan una división de médicos alabados en todo el mundo) y convencidos de que nada va a cambiar. Reza uno de esos murales políticos con proclamas y lemas cerca de la plaza de La Revolución en La Habana “Construiremos nuestros sueños”; y me permito completarlo yo, “viviendo una pesadilla en el presente” (y además en silencio).
Concluyo este breve brochazo a la realidad cubana, olvidada por casi todos, contándoles que desde hace dos semanas, un grupo de mujeres con el apoyo de un párroco local (cierto es que esa injerencia religiosa no me agrada especialmente) permanecen encerradas en una iglesia de La Habana con una buena cantidad de provisiones como medida de protesta ante el régimen cubano. El templo está rodeado, permanentemente, de policías y demás “vigilantes” con el objetivo de que nadie pueda facilitarles alimentos. Varias de ellas están en los últimos meses de gestación y se especula en las calles de la capital cuándo entrarán a sacarlas de allí las unidades policiales especializadas. ¿Han escuchado, leído, visto alguna referencia informativa al respecto? Se los adelanto yo, ninguna; ni dentro ni fuera de Cuba.