Ésta es la pregunta que se hace la mayoria de los venezolanos en la actualidad. Pues desde el nacimiento de la revolución bolivariana, con el Presidente Hugo Chávez Frías, se convenció al pueblo, mediante una lavada profunda de cerebro, que el único objetivo del Gigante de América era adueñarse del petróleo, así como de su economia y su soberania.
Chávez afianzó su poder haciéndole creer a una población ignorante y de bajos recursos que “ser rico es malo”. Ésta, sin duda, ha sido la peor campaña política de la historia de Venezuela. Una campaña respaldada por la necesidad de un pueblo al que se le enseñó a ser conformista y vivir en miseria para que fuera feliz. Una gran mayoría de estas personas, al caer en cuenta de todas las falacias de la revolución, cambiaron su pensamiento y hoy piden gritos que los rojos se vayan.
Una vez que el fallecido toma posesión, también toma el poder de los medios de comunicación venezolanos. Es entonces donde toma mayor auge la psicología mediática chavista. Una psicología que se encargó de infundir odio y rencor hacia los que mas tenían posibilidades, asegurando que todos tenían derecho a la igualdad social.
A las personas de clase media, que obtenían recompensas con esfuerzo, estudio y trabajo, se les llamó “escuálidos”. En el año 2014, el entonces Ministro de la Educación, Héctor Rodríguez, mencionó las siguientes palabras: “no es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos”. En esta frase se evidencia claramente la estrategia que uso la revolución para adueñarse de los recursos de toda una nación.
Hoy Venezuela se encuentra sumida entre los indices de pobreza extrema más bajos de de América Latina. Un país que tiene todas las condiciones energéticas y naturales para ser desarrollado. Venezuela esta en los ojos de todo el mundo y no precisamente por su petróleo, mientras unos cientos de títeres que apoyan a Nicolás Maduro aseguran que una invasión de los Estados Unidos sería la peor desgracia.
El país caribeño, ahora mismo, necesita comida, medicinas, agua potable, que se respeten sus derechos humanos… La gente se está muriendo y mientras tanto los organismos multilaterales siguen discutiendo una posible intervención, que a mi parecer, porporcionaría esa paz que tanto anhelan los venezolanos: esa tranquilidad de llegar a casa y conseguir comida, de ir a una farmacia y encontrar medicamentos. Mientras Maduro siga en el poder, su gente seguirá falleciendo.
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