Revista Ciencia
Sí, te morirías. La verdadera pregunta sería cómo te morirías. Es el tipo de pregunta que no nos deja dormir por las noches.
La cuestión de trasfondo es que hay muchas películas en las que alguno de los personajes tiene la mala suerte de terminar así. Gollum, en El Señor de los Anillos cae en un volcán y cuando llega, salpica y se hunde en la lava. En la película Volcano (1997), un volcán se abre en las entrañas de Los Angeles, que comienza a derramar lava por todos lados. Uno de los personajes no alcanza a salir de un tren subterráneo, por lo que termina saltando sobre la lava para salvar a un hombre que llevaba en sus hombros, luego de eso comienza a hundirse en la misma. Un tercer caso es en Terminator 2, cuando Arnold, que era un robot, se autodestruye sumergiéndose en un horno de fundición de acero.
En un artículo reciente de Amazings (Sobre la forma correcta de morir en la lava) comentaban cómo todos estos casos eran erróneos por diferentes razones. Gollum no se podrá haber "hundido" porque la lava es por lo menos tres veces más densa que el cuerpo humano, además de extremadamente viscosa. Igual con el desafortunado rescatista de Volcano, que no se podría haber hundido por esa misma razón, y que probablemente debería haberse carbonizado sobre la misma. Y Terminator tiene sentido que se haya hundido porque es un robot, y probablemente su peso sea similar al de la lava fundida, pero no representa a un cuerpo humano.
Al margen de toda la aburrida teoría que podamos analizar, acaba de hacerse público un experimento realizado hace unos diez años por unos vulcanólogos: arrojaron una bolsa de 30 Kg de residuos orgánicos desde una altura de 30 metros.
De las tres situaciones planteadas por Hollywood, la más realista es la de Gollum. En el video, la bolsa rompe la crosta de lava endurecida de la superficie, y se sumerge en la lava. Lo que sucede a continuación es interesante (divertido, digamos), pero tal vez no quede tan bien en una escena dramática. El material orgánico (o sea, el desafortunado personaje) se carboniza en unos segundos debajo de la lava ardiente, y su combustión genera grandes cantidades de gases que hacen saltar la lava para todos lados.
Así que si algún día deciden saltar en un volcán desde la altura suficiente, puede que terminen su vida en un interesante show de explosiones de roca fundida. Si no saltan desde la altura suficiente, dado que la lava es bastante dura y pesada, van a sentir algo similar a caminar sobre una parrilla gigante, pero bastante más caliente: unos 1200ºC en lugar de 200ºC.
En este otro video hay un señor con un palo intentando amasar algo de lava fresca, y puede llegar a entenderse bien qué tan densa y viscosa es.
Mientras tanto, seguiremos esperando que vulcanólogos y turistas temerarios sigan quemando cosas por diversión.
Tanto la foto que encabeza el artículo como el video de la mochila pertenecen al volcán Erta Ale de Etiopía. Al video lo encontré en Life Little Mysteries.
Por cierto, los fanáticos de los volcanes y el fuego no pueden perderse de Darweze, la puerta del infierno.
Proyecto Sandía en Twitter y Facebook