Lejos está, este análisis, de pretender ser frío, contundente o impiadoso con el equipo, con los jugadores, el cuerpo técnico o los dirigentes, pero el Colón de Antonio Ricardo Mohamed no logró ninguno de los objetivos planteados para el primer semestre del año, cayendo de manera vergonzosa en varios encuentros y terminando con 32 goles en contra, siendo uno de los “team” más doblegados del torneo.
Es una verdad a gritos que Colón se pinchó, no tuvo resto, no tuvo aire, no tuvo el recambio adecuado y, por eso no tuvo el final que necesitaba para buscar ese bendito título que le viene siendo esquivo en sus 105 años de historia. Uno no sabe si la posibilidad de un título se le dará, a Colón, por decantación o por una sucesión de buenas campañas, como dice Antonio Mohamed. Pero el fútbol argentino es raro y el Clausura 2010 fue un reflejo de ello con Argentinos Juniors campeón y con la máxima presea cada vez más lejos de los tradicionalmente grandes y al parecer ajena a la elite de los poderosos. En ese panorama, Colón deja pasar las oportunidades.
Es cierto que ni Antonio Mohamed, ni los dirigentes, y menos aún los hinchas son conformistas, pero también hay que ser razonables, lógicos y justos en el balance. Colón, a priori, tenía plantel para pelear el torneo, pero el equipo se cayó. Ni siquiera la inclusión de jugadores más experimentados, sirvió para cambiar una imagen que se repitió desde mitad del torneo hasta el final. Colón se volvió un equipo anodino, repetitivo, lento, sin explosión y fácilmente doblegable.
Jugadores que bajaron notablemente su rendimiento, equivocaciones del entrenador a la hora de conformar el equipo, desaciertos en la elección de los refuerzos fueron factores que confabularon para que Colón terminara de la manera en que lo hizo. Y por eso la mejor noticia para Colón estuvo con la finalización de la goleada que le propinó Estudiantes de La Plata en el Centenario, ya que en la cancha se advertía un equipo sin alma que ante la menor adversidad se entregaba a los destinos del rival.
Este es el pedido de un simpatizante, no hay margen para el error. Ni el cuerpo técnico, ni la dirigencia tienen licencia a la hora de conformar el próximo plantel y; al parecer por las primeras incorporaciones, se va encontrando el rumbo. Pero si bien es cierto que Colón no tiene inconvenientes con el tema de los promedios, hoy la Patria Sabalera pide otra cosa.