Desde luego, dentro de nuestro repaso a los estudios antológicos de la edad de oro del software español no podía faltar la gran Topo Soft, grande entre las grandes de aquella inolvidable época del software patrio.
Topo nació gracias a los jovencísimos programadores Javier Cano y Emilio Martínez, los cuales crearon un programa de geografía educativo, Map Game, de forma amateur y que, tras comprobar la buena calidad del producto, decidieron venderlo por su cuenta en El Rastro de Madrid. Fue ahí donde, parece ser que por casualidad, un empleado de Erbe Software les compró el juego y, tras probarlo, les contactó para distribuir Map Game y ficharles para pasar a ser empleados del estudio. Hablamos del año 1985.
De aquel acuerdo de colaboración nacieron los inolvidables Las Tres Luces de Glaurung y Ramón Rodríguez, ya con la ayuda de José Manuel Muñoz (Rambo) y que tuvieron muy buena aceptación tanto dentro como fuera de España, especialmente el primero, aunque no dejaron de verse fuera de nuestras fronteras como juegos de serie B.
Tras estos primeros compases, Paco Pastor, fundador de Erbe, decidió diversificar y separar las labores de distribución, núcleo de negocio de la compañía, y la incipiente producción de videojuegos. Fue ahí cuando crea Topo Soft bajo la batuta de Javier Cano, Emilio Martínez y José Manuel Muñoz, enfocados a la producción de juegos en 8 bits, fundamentalmente para ZX Spectrum, Amstrad CPC y MSX.
La filosofía que se quiso dar a Topo desde Erbe era muy clara y hoy la podríamos denominar como low cost. Así, las premisas eran producir el máximo posible de juegos al año, para lo cual se contaba con programadores externos, de rápida programación y baratos.
Tras unos primeros títulos como AleHop o Colt 36, que no alcanzaron demasiada popularidad, Topo fue sacando cada vez mejores producciones como Desperado (1987), Mad Mix game (1988), Silent Shadow (1988) o Emilio Butragueño Fútbol (1988), que alcanzaron gran repercusión nacional e internacional, así como un elevadísimo número de ventas. 1988 fue sin duda su mejor año, en el cual se descubrieron como uno de los mejores estudios del país, prácticamente a la par de Dinamic. El éxito fue tal que la propia Pepsi utilizó uno de sus juegos, Mad Mix, con las lógicas modificaciones, para promocionar la marca en España, llamándolo The Pepsi Challenge.
Como decimos, 1988 fue el año estrella del estudio, y 1989 el principio del fin con la marcha de Javier Cano, se dice que por divergencias con la estrategia de Topo. A partir de ese año se lanzan productos interesantes como Mad Mix game 2 (1990), Gremlins 2 (1990) y Viaje al centro de la Tierra (1989), este últimos para plataformas de 8 y 16 bits, siendo recibido por la crítica especializada como una superproducción.
Desde 1990 el lanzamiento de títulos fue cada vez más escaso y de menos calidad, ya que la gran crisis de los 8 bits pasó factura a Topo, como el resto de desarrolladoras de la época. Así, la llegada de plataformas de 16 bits como el Amiga, y de las consolas, hizo casi imposible que estudios como Topo contasen con el presupuesto, tecnología y personal suficientes para lanzar juegos en estas nuevas plataformas.
Poco después salió el fundador de Erbe, Paco Pastor y, con la llegada del nuevo responsable, Rafa Gómez, Topo cerró en 1994, pero no sin antes lanzar unos últimos títulos: Luigi y Spaghetti (1992), Super Scrylis (1994) y Luigi en Circusland (1994), para plataformas de 16 bits.
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