Revista Diario
Cuando, días antes de que el nene cumpliera 12 meses, le pelé como a una ovejita con la máquina de cortar el pelo que empleo con su padre, me crecí. Me sentí peluquera, que tenía maña, que podía atreverme incluso con cortes más complicados. ¡Meeeecccc! ¡Error!. ¡No tengo ni idea!. Ese día salió bien porque puse la máquina a un número muy corto y se lo dejé casi rapado, un corte con cero misterio.
En su día pensé que al haberle dejado el pelo tan cortísimo, le crecería todo igualadito. Pero me equivoqué, el pelo ha seguido creciendo a su aire: deprisa, arremolinado y más denso en la zona de la coronilla, despacio en el resto y en las sienes y en la nuca apenas tiene una pelusa casi blanca y poco espesa. Una de mis manías es que no soporto ver al niño con mechones de distintos largos y densidades así que en estos meses he ido recortando poquito a poco, con más o menos gracia.
Pero ayer por la tarde quise repetir el corte que hice en septiembre. Ya no bastaba con apañar algunas zonas, había que hacer un repaso completo y yo estaba muy crecida por aquella buena experiencia. Así que le senté en la trona, enchufé Pocoyó y empecé la tarea. ¡Desastre!. El niño estaba cero cooperativo, no paraba de mover la cabeza e intentar quitarme la máquina. Intenté tijeras... Cinco minutos más tarde el niño estaba como si lo hubiera esquilado borracha. ¡Ay, ay, ay, qué destrozo!. ¡Pobre bebé trasquilado!.
Salimos corriendo a una peluquería infantil, que por suerte tenemos una bastante cerca de casa. Buena experiencia. Tan buena, que a pesar de los 12 euros por menos de 10 minutos de tarea, seguro que volvemos por allí. El local estaba especialmente pensado para niños y el peluquero tenía una maña para cortar a niños increíble. No lloró prácticamente nada, apenas se enteró porque estuvo jugando con un par de muñecos que le dieron y le han dejado bastante bien. Muy cortito, eso sí, porque entre mi destrozo y las zonas casi calvas que aún tiene es complicado igualar pero muchísimo mejor que el resultado que yo hubiera conseguido.
El peluquero me ha dicho que siendo tan rubio y teniéndolo tan escaso en algunas zonas, de momento es poco probable que le crezca todo por igual. No es la primera vez que escucho que los niños rubios tardan mucho en sacar su pelo definitivo, pero yo con su edad tenía su mismo color y, en cambio, una melenita decente, así que no sé a quién habrá salido... Quizá va a ser más rubio aún, ya veremos....
Lo que sí tengo claro es que yo he dejado aparcada la peluquería por una temporada. ¡No repito!.