Soy y he sido siempre una persona muy pacífica, pero les desprecio de tal manera que les deseo lo peor, es tanto el daño que están haciendo y a tanta gente. Esa manera de mentir, que hasta me gustaría que hubiese Dios, porque no hay penitencia capaz de evitarles arder en el infierno, porque pocas veces unos gobernantes se lo han merecido más justamente, y mira que en España hemos tenido auténticos hijos de la gran puta como reyes, ministros y dictadores, pero seres de esta calaña, que solo piensen en el interés propio, con tan poca sensibilidad social, hasta Franco, siendo un asesino, tenía más sensibilidad social que esta gente. Desde luego son dignos herederos políticos del dictador, pueden sentirse orgullosos, él desde el infierno seguro que lo está...
Revista Opinión
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