'Guá', que palabra más cortita y cuántos recuerdos desempolva. ¿Quién no ha jugado a las canicas, con sus compañeros de clase, y ha dilapidado unas cuantas tardes después del colegio tratando de atinar en aquel diminuto socavón? Para los seguidores más jóvenes de Secretos de Madrid, este término quizás les suene a chino, por eso os resumiré que, en el juego de las canicas, el objetivo era acertar con una de las canicas en el interior de este agujero o cráter llamado 'guà'.
El caso es que no es la primera vez que nos topamos con un secreto en el que nos damos de bruces con el buen humor con el que los madrileños afrontaron algunos de los tiempos de su historia más reciente. Si no, recordad el día que el pobre Neptuno amaneció con un cartel colgando de su pétrea figura.
Para conocer este secreto tampoco nos vamos a alejar demasiado de la plaza de Cánovas del Castillo, vamos a poner rumbo a la Gran Vía para así conocer que lugar de Madrid fue conocido, de manera no oficial, como la Plaza del Guá, en clara alusión a ese juego infantil tan de moda bastante décadas atrás.
Pongámonos en contexto, estamos en la Guerra Civil. En aquel momento, la ciudad de Madrid sufre un constante asedio y, desde la zona del cerro de Garabitas, uno de los principales objetivos era la construcción más visible de la ciudad, el Edificio Telefónica. Era así por un doble motivo, por su gran tamaño, recordamos que está considerado el primer rascacielos de la capital) y por su importancia como centro de comunicaciones. Por A o por B esta construcción de aires neoyorquinos fue el destino de muchos de los obuses que eran disparados desde la Casa de Campo.
El caso es que muchos de estos proyectiles acertaban con su destino pero muchos otros se desviaban y terminaban cayendo en la vecina Plaza de Pedro Zerolo, conocida hasta hace poco como Plaza de Vázquez de Mella y que por entonces se llamaba Plaza de Ruiz de Zorrilla en honor al político republicano. Impactos del que quedan constancia como vemos en esta foto.
Los obuses por tanto terminaban haciendo "guá" en este hoy agradable recinto y, por ello, no con poco humor los vecinos de la ciudad se empezaron a referir a ella como la Plaza del Guá. Curioso, ¿verdad?