Bailo porque el cuerpo me lo pide y mi alma lo necesita.
Porque bailando toco el cielo y me arrastro sobre el suelo al mismo tiempo. Bailamos, sacudimos y nos movemos, porque quedarse quieto es aburrido y fácil.
Transpiro y agoto el pulso y, ¡me encanta! Bailando estamos aquí y allá … estamos en todos lados. Consumimos rápido el oxígeno de cualquier lugar, empañamos espejos y provocamos un incendio humano.
Bailo porque arranco las penas del pecho y hago saltar las lágrimas y llevarlas bien lejos. Gailo con energía y cuando se acaba, la invento o la robo de algún lado. Y sonrío. No se trata de técnica, físico o estética, lo que importa es la actitud.
Bailamos e imaginamos, nos equivocamos y lo arreglamos. Alteramos la gravedad, golpeamos y agitamos la sangre en las venas. Bailo porque fuera el mundo se destruye, se etiqueta, se vende, se compra, se consume …Bailo y mi estilo no está en venta. Porque soy dueño de mi cuerpo, bailo porque lo llevo dentro…
No bailo solo por que me guste, sino por que mi esencia, mi corazón y mi alma son baile. Por eso, bailo.