Hace ya bastantes años que
hablábamos de los “consumer insights”. Es decir, de la detección de
necesidades, expectativas del cliente, puntos de insatisfacción, aspectos
aspiracionales, etc., que permitían a la empresa diseñar nuevos productos y
servicios, o mejorar los que ya tenía, ¿para qué?, precisamente para mejorar la
“experiencia cliente” aunque no se llamara así inicialmente.
Una de las características de los
“consumer insights” era que tomaba en cuenta también los aspectos emocionales
que están presentes en toda situación de compra y consumo.
¿Es lo mismo hablar de una y otra
cosa? En cierto sentido sí, ya que brindar mejoras al cliente, facilitarle el
uso y disfrute de nuestro producto o servicio, solucionar algunos aspectos que
resultan insatisfactorios, es, sin duda, mejorar la experiencia que el cliente
tiene cuando compra y consume los productos y/o servicios que se le ofrecen.
Algunos ejemplos
Un ejemplo son las pulseras MagicBands que va a poner Disney a disposición de sus clientes en Disney World y que servirán para “pagar en restaurantes y tiendas, entrar a la habitación, saltarse largas filas de las atracciones, etc”, tal como nos cuenta Erika Silva en su blog.
the disney food blog
Otro ejemplo: Bankinter desarrolló
hace ya algún tiempo un servicio, Hal
Cash, para la banca móvil mediante el cual puedes transferir dinero a una
persona que lo puede retirar desde un cajero sin necesidad de tener tarjeta.
O el caso de KLM, aerolínea
holandesa, que, tal como nos cuenta Julián
Atienza, desarrolló una acción
llamada KLM surprise que consistía
en conocer mejor a los pasajeros a través de identificarlos en las redes
sociales y ver su perfil y sorprenderlos con un pequeño obsequio personalizado.
Las mejoras en la experiencia cliente
Poner pantallas en zonas de espera, establecer procesos para que las colas sean más rápidas (por ejemplo diferenciando el tipo de gestión a realizar), diseñar una aplicación que facilite el proceso de compra, etc., son, indudablemente, mejoras en la experiencia cliente y se diseñan a partir de la información que se obtiene del propio consumidor, aplicando herramientas de investigación de mercados, observación, propia experiencia, etc. Son “mejoras” pero no implican que la empresa esté orientada y se organice con un concepto de “experiencia cliente”. Para ello es fundamental que se tenga una visión unificada del cliente y que se realice una gestión convergente y esto, hoy por hoy, y digan lo que digan, sigue muy verde en la mayoría de las empresas. En muchas ocasiones parece como si ese cliente al que sorprendo con un regalo no fuera el mismo que consulta una reserva o hace una reclamación, en cualquiera de los canales que la empresa pone a disposición.Por este motivo, por esta concepción “holística” del cliente, cuando hablamos de consumer insights no estamos “agotando” todo lo que incluimos cuando hablamos de experiencia cliente. ¿Qué te parece?
