No es que mi lenguaje se haya vuelto soez, pero esta palabra lo dice todo, de hecho me encanta esta palabra: ¡Recancheras!
Nunca habría pensado eso de una tarjeta, y ahora que lo pienso... el brillo del deseo asoma en mis ojos. Veamos qué consigue en los tuyos, porque cuando pienses todo lo que puedes hacer con ellas caerás en la tentación, ¡Vaya si caerás! ¡Como yo!
Si eres humano, para que ese brillo asome en tu mirada sólo hace falta que te imagines como dueño. Parece difícil imaginar hoy a alguien sin esa ambición...
Tengo un amigo que dice que de los seis, sólo tres sentidos, (él dice pecados, que es la forma bíblica de verlos), mueven al mundo: avaricia (=tener), soberbia (=poder) y lujuria (=placer).
Si su reducción es cierta, en ella tendríamos los ejes por los que se debería mover la influencia. Eso sí, para usarlos de forma conveniente, consiguiendo así lo que nuestros deseos quieren, deberíamos antes molestarnos en conocer al tipo que tenemos en frente. Y parto de la base de que todos los usaremos con ética.
Porque, aunque lo parezca, y salvo extrañísimas excepciones -cosa que agradezco- los tres pecados no actúan ni al tiempo ni sobre el mismo individuo. A unos les moverá más el tener, a otros el ansia de poder y otros persiguen el siempre bienvenido placer. Y si te encuentras a un rara avis en los que actúen los tres, mejor no veas este spot y huye cuanto antes de su camino, es un buen consejo.
Conviene que sepas que hay una combinación que suele funcionar en la vida y también en la Publicidad: Tener + Placer = Más. Da igual lo que vendas u ofrezcas. Seguro que los creativos de Madre lo sabían, y por eso crearon este spot que es además el último gran premio de San Sebastián (25 Festival El Sol de Publicidad) para el Banco Hipotecario.
A estas alturas todos debéis haberlo visto ya. Lo conozcáis o no, merece la pena verlo y volver a verlo, aunque en el fondo no deja de ser un guiño y una buena forma de usar la ironía. No creará Escuela, pero te hará pasar un buen minuto. ¡Adelante Publicidad!
¿Se os ocurre mejor forma, icónica, visual y hasta diría literal, de mostrar la codicia? Dicho así parece pecado, visto así, es un pecado divertido. Fijaos en la locución, esa voz (con permiso de la competencia :-)), sí que no tiene precio...
Ah, y esta vez el deseo no tiene voz de mujer.
Susurra, como lo haría ella, pero lo hace porque sabe que cuando susurra suena más. Una rara avis de hombre. Y un buen consejo incluso para aquellos que tienen poco que decir.
Vistas así y contadas así, estimula el apetito de ser DUEÑO. ¿Quién no quiere serlo? Imaginad por un momento que pudieseis ir a una Convención de este tipo...Si algo tiene de bueno este Banco es su coherencia.¡Magnífica ironía!