Que Roma y los ahorros no se hicieron en una hora…

Desde que Dorita es mamá, me he lanzado en los brazos del comercio electrónico a la desesperada. Natural, esa es la única manera de no lastrar mis atuendos con mamotretos de los veinte años. Lo cierto es que el shopping convencional, ese de los pateos calle arriba, calle abajo y sin pereza ante el probador donde me precipitaba con un Everest de ropajes varios ha pasado a mejor vida.

De hecho, mi vástago de tres años se ha revelado como un auténtico “¿Dónde está Wally? Y la semana pasada, sin ir más lejos, se adentró en la fronda del Territorio Vaquero (ya no sé si es territorio Sioux) de El Corte Inglés y ahí que anduvo en paradero desconocido durante unos cinco minutos. Mal vecindario es ese para perderle la pista a un bajito que se atrinchera tras cualquier prenda y no hay manera de atisbarle en lontananza. Si Colón (o uno de sus marineros) gritó “tierra” tras avistar por primera vez América, yo quería gritar “hijo”, pero el avistamiento OVNI era más probable que interceptar a este Wally de camiseta amarilla.

Originales gladiadoras fabricadas en Mexico en dorado

Pues eso, como no hay manera de que el romance con las prendas se consume como antaño (toqueteando, probando, y girando sobre mí misma como una peonza para espiar cómo queda la monada textil), me he decantado por los amoríos a primera vista interneteros gracias a todas esas tiendas online tan perfeccionadas, cucas y remonas que pueblan el horizonte ecommerce.

Una de ellas es Molet. Un comercio electrónico multimarca donde las gangas pueden alcanzar el 70% de ofertas y donde, además, te puedes beneficiar de descuentos por día de los enamorados, Viernes Negro (Black Friday) o porque sí. Pero sobre todo, da gusto sacar de paseo la tarjeta bancaria por estos lares en los que te puedes poner hasta arriba de antojos, como quien se ventila un bote de helado, o volverte reflexiva, sensata y smart como tu teléfono y adquirir solo lo que necesitas y que ha dejado noqueado tu corazón.

En Dorita, por supuesto, os vamos a hablar de sus zapatos. Concretamente de unos modelos confeccionados en México artesanalmente, en piel de vacuno que rezuman originalidad en cada paso o traspié. Pero lo que sucede con Molet es que las ofertas tienen los días contados, son auténticas exhalaciones que caducan con más rapidez que un yogur. De hecho, las promociones no suelen rebasar los diez días, algunas incluso mucho menos, así que hay que ser un Billy el niño desenfundando la tarjeta o los datos de Paypal.

Zapatos originales estilo Oxford fabricadas en México

No os perdáis tampoco estas zapatillas en plan revestimento de alfombra killim peruana y confeccionada por artesanos andinos. Todo muy original y gritando “a mí las calles y los monumentos”. Pues eso, no te dejes experiencia alguna sin pisar y no pierdas de vista a tu estirpe desde el sofá de tu casa.

Ahí, dibujando y sin jugar a ser Wally.

Originales zapatillas con estampado kilim de los Andes

Por cierto, si pincháis en el banner, obtendréis un descuento de 6 euros. Que Roma y los ahorros no se hicieron en una hora…