Revista Diario
Vivimos en un país donde robar una pizza hace diez años puede conllevar cárcel, pero que una individua, una política, diga “¡Que se jodan!” mientras se están aprobando los recortes del Gobierno, conlleva… absolutamente nada. Impunidad total.He buscado en diferentes diccionarios qué es ser “político, política”, por si estaba confundida. Pero no, no lo estaba. He leído sobre representar al pueblo, ética profesional, servir al pueblo… ¿A quién narices representa esta maleducada tipeja con su frase? Y no sólo ella. Mientras se estaban anunciando los recortes, todos sus compañeros (Dios los cría y ellos se juntan) aplaudían y reían como enajenados. Qué gran diferencia con Italia, donde hemos visto a la ministra de Trabajo llorar al anunciar los recortes; esto es humano. Lo que no es humano es lo que tenemos aquí; aquí tenemos déspotas, una pandilla de aprovechados que ganó las elecciones a base de mentir en su programa y que están haciendo todo lo que habían criticado y más.Siento auténtica vergüenza del país donde vivo. Pero tengo la esperanza que pronto, cuando vaya donde gobiernan todos estos desalmados diga: “Me voy al extranjero”. Porque esto es lo que queremos cada vez más personas. Es una realidad. Antes era un tema de identidad cultural, histórica, etc. Ahora es una cuestión de mera SUPERVIVENCIA. Y para acabar, desearle a esta tipeja lo peor. Y que algún día tengamos que escuchar: “Siento haber dicho esas palabras, ahora sé lo que se siente”. Y nosotros podamos decirle: “Ahora te jodes tú”.