Revista Deportes
Y qué se puede conseguir con psicoanálisis: ¿enseña a jugar a los futbolistas, les hace que corran más?
De enseñar a jugar al fútbol se encargan, desde hace años excelentes técnicos que tenemos de diferentes puntos de la geografía nacional e internacional. El señor Ginés Meléndez, Iñaki Sáez, Alfredo Di Stéfano por nombrar a profesionales del fútbol que han sido campeones, dicen que un futbolista se hace y, que se necesita años de trabajo.
El psicoanálisis permite que el trabajo, entrenamiento y talento que hay en cada jugador, se pueda desplegar; es decir que todo lo entrenado se pueda jugar. Colabora en que lo trabajado en equipo (por se más grande y productivo en todos los casos que lo personal e individual) se pueda sumar. Y se puede conseguir que todos los obstáculos afectivos, emocionales que perjudican al deportista, inconscientemente, se puedan resolver, elaborar o mitigar, para que no estorben el desarrollo de su profesión. Así mismo la eficacia del psicoanálisis como tratamiento médico en ciertas lesiones es incuestionable, a nivel preventivo, terapéutico y en toda evolución.
Son muchas las personas que intervienen, viven, disfrutan y colaboran en un deporte considerado: “deporte rey y de masas”
Toda historia de la civilización es una exposición de los caminos que emprenden los hombres para dominar sus deseos insatisfechos, según las exigencias de la realidad y las modificaciones en ella introducidas por los progresos técnicos. Y a nivel tecnológico el hombre le lleva unos 300 años de ventaja al hombre del pensamiento, al sujeto grupal, al humano civilizado, solidario y tolerante.
El fútbol es un paradigma grupal (es decir un infusorio, a modo de laboratorio) donde se puede leer la realidad de cualquier hecho social, histórico y económico, así como cualquier efecto de la realidad social, económico, histórico puede influir en el mundo del fútbol (ya que el fútbol es de este mundo).
Podemos decir que, por instantes, el mundo está en el fútbol. No olvidemos que el fútbol está, permanentemente, en el mundo. Y sin el deseo del hombre, no se habría producido éste deporte. El humano alcanzó la bipedestación y se puso a jugar a la pelota con los pies. La bipedestación la permitió el lenguaje actuando sobre el cuerpo humano. Y la pelota es un juguete social y grupal: con una sola pelota pueden jugar y divertirse a la vez más de veinte personas. Y para poder jugar tienen que aceptar las reglas del juego, lo que permite desplegar de forma grupal los diferentes deseos humanos.
Para concluir el sucinto despliegue de la pregunta, decir qué: en última instancia el que toca la pelota, el que la falla, el que pone el cuerpo, el que sufre y entrena, el que grita desde la banda, el que padece desde su casa, el que va al estadio, el que salta más que nadie, el que espera llegar a la meta, el que gana, el que no quiere perder y sin embargo pierde, siempre es un humano.
El cuerpo del futbolista también está dotado de palabras, es decir un deportista tiene derecho a hablar. El hombre, desde niño, juega y con cualquier material hace algo redondo, una pelota para poder hacer girar con sus pies, con sus manos, hacer gravitar con su cuerpo (el redondo mundo) cual balón ante él.
La importancia médica del psicoanálisis deportivo, radica en que ninguno de los productos psíquicos infantiles ha sucumbido en el adulto. Los sueños del hombre normal reavivan todas las noches su carácter infantil y así podemos pensar casi todas las dificultades de un equipo deportivo, donde se entrena y trabaja, como la expresión de una inhibición del desarrollo grupal.
El fútbol es un paradigma grupal y cultural donde de vivir jugando se trata. Y jugar en el ejemplo de vivir, es posible por haber sido escrito.
El fútbol, como el arte, genera humanidad.