Hace poco, colaboré en un reportaje de la revista Magazine (España) sobre las personas famosas que tienen un perfil en Twitter. Allí opinaba sobre la forma en que muchos de ellos llevan su cuenta en esta red de conversaciones.
Lo cierto, es que el hecho de haber investigado sobre la correlación entre un personaje famoso y Twitter, me dio la oportunidad de confirmar cómo actúa la mayoría de ellos (y no generalizo) en redes sociales, y sobre todo, de descubrir los abyectos patrones comunes de conducta que se han ido transmitiendo y copiando de unos a los otros, como si de un virus verbal se tratase.
Es increíble como puede transmitirse el desconocimiento tan rápido y de forma tan encapsulada, que muchos famosos siguen pensando hoy en día que “lo están haciendo fenomenal”.
Por otro lado, no deja de sorprenderme el poder comprobar cómo existen tantas personas que eligen “seguir” a alguien que habla unilateralmente desde un pedestal, sin dejar hablar a nadie más, con la incerteza de saber si el que habla, es realmente “el que habla”. Ya que lo peor de todo, es que en la mayoría de los casos ni siquiera es el famoso el que escribe, sino un Community Manager contratado a través de una agencia, es decir, otra persona.
Así que llegué a una conclusión: seguir a alguien famoso en Twitter es perder el tiempo.
Te dejo a continuación un listado de hechos con los que pretendo convencerte de que no tiene sentido seguir a ningún famoso en redes sociales, y especialmente en Twitter:
Ocho hechos que te harán reflexionar:
Hecho Nº 1: Twitter eres tú, es una extensión de tu persona, es el principio y el final de la parte más social de la Red. Twitter es conversación y es personas… ¡en plural! Para conversar se necesitan al menos dos personas, de otra forma, sólo tenemos la dictadura del monólogo.
Para mí, el hecho de seguir a una persona (yo sigo a las personas que me siguen, y no tanto con logos), significa darle la oportunidad de que me hable al mismo nivel, de tenderle una mano hacia la reciprocidad.
Hecho Nº 2: A la mayoría de los famosos, no les importas, no tienen interés en saber nada de ti, ni en conocer tus opiniones; y mucho menos en conversar contigo, por muy fan que seas de esa persona.
Hecho Nº 3: La fama no es una cualidad, es una proporción. En realidad, los famosos no tienen “muchos seguidores”, sólo en el sentido literal de la palabra. Por muy grande que sea el número de los mismos, la verdad es que si calculamos la proporción que dicho número representa en función de las personas que le identifican como famoso, verás que sólo en contados casos supera al 5%. Es decir, si tú, en tu cuenta de Twitter tienes esa proporción o más de seguidores en base a las personas que te conocen, pues ya eres tan “famoso” como la mayoría de ellos en tu entorno, proporcionalmente hablando ¡claro está!.
Por otro lado, estas personas ya eran famosas antes de crear un usuario en Twitter, por lo que el número de seguidores que poseen es sólo una consecuencia de esa fama, así que para nada representa un logro, y mucho menos haber tenido “éxito” en esa Red.
Hecho Nº 4: Un famoso no es un logo, es una persona, y a las personas les gusta hablar con personas. Una marca si que puede tener a alguien hablando en su nombre dando opiniones y respondiendo consultas a través de profesionales 2.0. Pero en el caso de los famosos, estamos hablando de personas que existen, gente real, y de relaciones; así que no es comprensible que las identidades se suplanten, y menos sin avisarlo.
Hecho Nº 5: La mayoría de los famosos no tiene tiempo para su público, por eso utilizan servicios de gestión sobre esta Red. Por su puesto que a estas empresas no les conviene decirles que es un error poner a alguien a hablar en lugar de otro, sobre todo en Twitter. ¡No sé! Creo que a nadie le gusta descubrir que no habla o interactúa con la persona que piensa sigue ¿no?. Si alguien no tiene tiempo de estar en Twitter y conversar, pues mejor que no lo haga.
Hecho Nº 6: Ser famoso no es precisamente un sinónimo de “ser culto o inteligente”. El hecho de que alguien posea una cualidad artística, que sea conocido por la exposición continua al público o tener una habilidad para cierto deporte, no siempre significa que posee también sentido común, cultura o inteligencia. Creo que los ejemplos sobran y estoy seguro de que no hace falta nombrar a nadie, ustedes mismos ya han pensado y recordado la torpeza e ineptitud de algunos famosos con sólo leer estas líneas.
Así que el hecho aquí, es dejar claro que poseer un mayor número de seguidores, no es necesariamente una señal de “saber mucho” sobre algo. Y en el caso de los famosos aún menos, pues como ya afirmé anteriormente, ya son famosos sin usar Twitter.
Hecho Nº 7: Los famosos se asesoran entre ellos, así que si uno que no tiene ni idea de cómo funciona Twitter le dice a otro cómo actúar en esta Red, y si esta información pasa de unos a otros, ya sabes por qué los famosos actúan de forma similar en Twitter.
Hecho Nº 8: Los famosos dicen pocas cosas interesantes. Precisamente por lo expuesto en el punto anterior, es muy difícil ver publicaciones que generen interés provenientes de un famoso. Así que aparte de las metidas de pata o de un anuncio que genere morbo, un famoso no aportará nada que te enriquezca y sólo te hará perder el tiempo con contenidos banales de los que igualmente no podrás comentarle nada. Y si además no estás siquiera seguro de que es esa persona la que habla, pues ¡vaya que es perder el tiempo!
Entonces…
¿Qué sentido tiene seguir a alguien famoso si tú no eres lo suficientemente importante para el/ella como para que te siga? ¡Total!, lo más seguro es que sólo sigas a la persona que lo suplanta.