¿Qué sentirán ellos?

 
Estoy cansado de oír las típicas frases que hablan sobre los estereotipos de los "izquierdosos" como los llaman algunos -yo hasta hace bien poco así lo hacía-, rojos o comunistas. Esa referencia que se hace mediante el recurso fácil de adjetivar algunas "pintas" que circulan por la calle y que no son del agrado de personas que tienen un serio problema de intolerancia.
Como escribo en el párrafo anterior, yo he pecado mucho de hacer este tipo de referencias a algunas personas, y debo decir que me arrepiento tremendamente. No por que me haya cambiado de acera política y quiera enmendar el error, sino porque la experiencia de mi corta vida me ha enseñado a no catalogar a ninguna persona antes de hablar con ella.
Hoy, paseando con mi querida esposa por el centro de mi ciudad, esa zona en la que se presupone pasea lo "mejor" de la sociedad, he podido comprobar la marabunta de imitadores y fachadas de los de la clase alta. Me he sentido avergonzado tremendamente de lo altivo que puede ser un ser por el mero hecho de llevar una camisa llena de parches y números que ninguna significación tiene más allá del porcentaje de estupidez que rezuma.
Podía calificarlos como "fachas", "pijos" y algunos calificativos más ofensivos para hacerles ver la sensación que pueden sufrir muchas personas que con una vestimenta normal, acuden a visitar un centro de ciudad en la que no solamente se permite la entrada a repeinados, coches de alta gama y pantalones de pinza o vestidos de coronación.
Me pregunto ¿qué sentirán ellos cuando los señalen con el dedo por ir con camisas de imitación a caballo o con prendas que darían de comer a una familia una semana?