Revista Opinión

¿Qué será de Catalunya?

Publicado el 05 septiembre 2014 por Msnoferini

Leía ayer (4/9/2014) que el fabricante chino de automóviles Brilliance ha desistido en su intención, rubricada a bombo y platillo hace tres años en el Palau de la Generalitat, de montar su fábrica europea en Cataluña, optando por llevársela a Italia. Por lo visto una de las primeras causas que ha llevado a la empresa China a cambiar el emplazamiento de su factoría es la incertidumbre surgida a raíz del proceso soberanista catalán.

Queda claro que, aunque algunos no lo quieran ver, son unas cuantas las empresas establecidas en nuestro territorio o que preveían establecerse en él que ante la incertidumbre de cuáles pueden ser las consecuencias de una posible Cataluña independiente han decidido establecerse en otros países o están a la expectativa para decidir si se trasladan o se quedan. El proceso independista abre un gran número de interrogantes y los partidarios de una y otra opción no pueden saber a ciencia cierta que nos puede deparar el futuro. Nadie tiene claro el rechazo que pueden tener los productos hechos en Catalunya en el mercado Español, nadie puede asegurar que Cataluña tenga asegurada su continuidad inmediata en la UE, ni lo que tributarán esas empresas y los tipos impositivos que puedan agravar sus productos, o como será la legislación laboral –aunque si llegado el caso tuviera que gobernar CiU la nueva Cataluña está claro que las empresas podrán estar tranquilas, porque viendo como apoyó la reforma laboral del PP y como consiguió colar algunas enmiendas que la hacían aun más nociva para los trabajadores son estos últimos los que deberían preocuparse-.

Pero el proceso soberanista y una posible independencia no sólo crea incertidumbre en las empresas ya que en a los ciudadanos catalanes, de nacimiento y acogida, también hay dudas, muchas preguntas y en algunos casos quizás hasta temor. Seguramente será un temor infundado pero existe.

Porque mucho hablar de la independencia pero lo cierto es que nadie tiene claro nada y se debería evitar caer en el error de dejarnos confundir por políticos y economistas defensores de los pros y contras de la hipotética independencia de Catalunya, en caso de ganar el SÍ en un referéndum vinculante. Pues queda claro que a corto plazo y medio plazo a los humildes ciudadanos de esta tierra pocos beneficios nos va a aportar, al margen de aquellos que les prima más su sentimiento nacional que su situación laboral y/o económica.

¿Por qué alguien cree que sus salarios a corto y medio plazo se incrementarían en la nueva Cataluña? ¿Creéis que las arcas del nuevo estado se llenarán tras la independencia y los políticos de turno apostarán por incrementar prestaciones e invertir más de estrictamente justo para mejorar los servicios públicos? ¿Acaso alguien se cree que la mayoría de los partidos conservadores, que hasta ahora han sido mayoría en el espectro político del parlamento catalán, van apostar por incrementar las políticas sociales y mejorar las condiciones laborales de los catalanes (y la prueba del tipo de política que se podría llevar acabo por parte de los partidos más conservadores está más que clara si tenemos en cuenta alguna declaración del President Mas)?

Son muchos los interrogantes y demasiadas las mentiras con las que unos y otros nos han querido contaminar. Está claro que si realmente viviéramos en un estado democrático los ciudadanos catalanes y españoles deberíamos poder tener una mayor participación en la toma de decisiones y deberíamos tener el derecho a decidir sobre nuestro futuro, pero claro con la excusa de que la representación de la soberanía la tienen nuestras cámaras de representantes los diversos gobiernos del estado y de las comunidades hasta la fecha han hecho en gana con la excusa de que venían legitimados por haber sido elegidos por la ciudadanía. ¿Cuántas veces CiU y los otros partidos que han gobernado España y Cataluña nos han consultado a través de un referéndum? Cuatro en España (Reforma estado tras la dictadura, ratificación Constitución, OTAN y UE) y dos en Catalunya (aprobación Estatut y reforma del 2006 –la que se cargó el PP). Los políticos tienen ese mal hábito de hacer oídos sordos de las quejas de la ciudadanía excepto cuando les interesa a ellos, y dado el caso una ley de consultas catalana es una buena idea pero hace mucho que podían haberla aprobado. Pero una ley de consultas no garantiza nada ¿por qué de verdad creemos que a partir de ahora se va a pedir el refrendo de la ciudadanía a la hora de aprobar cualquier tema de capital importancia? Está claro que no, la ley de consultas se aprueba con el fin de intentar dar una imagen de legalidad a una consulta que desde el estado se la tacha de ilegal.

Pero también hemos de pensar que el órdago lanzado por el gobierno catalán al estado español con el referéndum por la independencia de Cataluña se originó más como un intento desesperado para forzar al gobierno español a cambiar el sistema de financiación catalán que en un deseo real de buscar la plena independencia. Que nadie se olvide que hasta la fecha el partido del señor Mas, CiU, nunca se había distinguido por su defensa de la creación del estado catalán, pero viendo la intransigencia y la falta de voluntad por dialogar del gobierno del Partido Popular, el mismo partido que no tuvo reparo alguno en usar todos los mecanismos posibles para cargarse cercenando de contenidos el nuevo Estatut que aprobaron en su día los catalanes, optó por jugárselo todo a esta peligrosa carta.

Una buena parte de los catalanes, entre los que me incluyo, apoyamos el derecho de los catalanes a decidir pero creemos que la hipotética consulta de noviembre no llega en el mejor momento. Uno tiene la impresión de que en estos momentos tan difíciles con unos índices de desempleo nunca vistos, donde por obra y gracia de los gobiernos ultraconservadores de España y Cataluña se ha recortado salarios, prestaciones y derechos no es precisamente el mejor momento. Primero se debería trabajar de manera honrada, y sin priorizar los intereses personales y el partidismo, en reconstruir el estado de bienestar, que ellos (los partidos que han gobernado en España y Cataluña) se cargaron. Y una vez comenzáramos dejar atrás esta estafa, a la que se ha venido llamando crisis, a la que nos han sometido a los ciudadanos de los países más pobres de Europa buscar todos los consensos posibles ponerle una fecha y defender las posturas del SÍ y el NO de la manera más honrada, sin engaños y sin caer en la xenofobia hacia los defensores de la postura contraria. Y sería bueno que la televisión pública catalana, que por algo es pública y se paga con el dinero de todos los catalanes, no fuese tan subjetiva, publicitando y defendiendo de manera descarada las tesis de los partidarios de la consulta y la independencia.

MSNoferini

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Dos geniales viñetas de Faro (http://www.e-faro.info/)


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