Revista Psicología

¿Qué sería de la vida si no nos insultase la gente que nos debe insultar?

Por Saval

Publicado por Álvaro Saval

El ser humano como ser social se define a través de sus relaciones. Pero esas relaciones también pueden ser negativas. El conflicto también nos define como personas. Qué insultos recibimos, de quién y por hacer qué. No se puede (y es bueno asumirlo en algún momento de la vida) complacer a todo el mundo. De hecho complacer mucho a alguien suele implicar enervar mucho a otro alguien.

Me gustaría invitar a la gente a que haga algo muy complicado pero extremadamente útil para llevar una vida más agradable. Tómese los insultos como un elogio. Y si no es posible sentirse elogiado, al menos, como una señal de que esa relación no va bien. Quiero decir, si tu pareja te insulta a menudo no puedes tomártelo a buenas pero puedes mandarle a la mierda. Debes hacerlo más pronto que tarde. Para siempre y sin volver a hablar en vuestra vida. Me da igual que sea familia, amistades o compañeros...si te insultan con asiduidad, adiós. Eso como plan primitivo. Básico. Aceptar que esa gente es un lastre y apartarla de nuestra vida. (Evidentemente hay situaciones excesivas que denominaría acoso o maltrato y no simples insultos en las que que es difícil romper la relación pero sí que se debe denunciar, por ejemplo la solución de Finlandia al bullying implicando a terceras personas que ejercían de espectadores pasivos asumiendo que ahí la persona agredida tiene poca escapatoria en solitario).

Pero volvamos a la idea de convertirlo en algo positivo. A la idea de la pregunta inicial. El insulto es una muestra de debilidad. Yo insulto al gobierno porque son superiores a mí, a la religión, a la sociedad...son entes que me superan y que se dedican a intentar joderme la vida. No lo digo con carácter de exclusividad, nos la intentan joder a la mayoría. A veces con éxito, a veces fracasan. Pero muestro con el insulto una posición inferior respecto a ellos. Eso mismo que me posiciona débilmente cuando insulto, me hace fuerte cuando me insultan. Alguien que me insulta lo hace por debilidad. O por miedo. Y no existe mayor debilidad que querer aparentar fortaleza a través de la violencia.

"No ofende quién quiere sino quién puede" y quién puede es porque le hemos concedido poder para hacerlo.

La frase del título se la oí a David Trueba.


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