por Diego Martos
Resulta que sí, que tenemos muchas creencias, tantas que cuando las descubres te preguntas ¿Cómo he vivido tan limitado? y de otro lado se abre una ventana de aire fresco ¿Cómo desmontar las creencias?
Muchas de las limitantes son negaciones que limitan a lo bestia. Pensamientos que toman forma de cuchillo mortal en tu talento creativo. ¿Para qué tanta limitación?, ¿Para darte cuenta de lo que vales?
Las creencias limitantes desafortunadamente reprimen tu curiosidad y el saber, dejando que los prejuicios intervengan descaradamente desde una voz interior que reconoces como superior subconscientemente. Es una radio encendida que te da instrucciones.
Por ejemplo, cuántas veces has oído la frase “esto es lo que hay, así que no hagas nada”. Esa falsa presunción tomada como verdad te puede acompañar en la mañana, aunque con probabilidad por la tarde ya no te sirva. Esto de ir con el piloto automático solo te lleva a las mismas respuestas.
En mi experiencia de trabajar con personas, veo y escucho que las creencias limitantes admiran a las personas resignadas, desganadas y por supuesto tóxicos. Claro, de esta forma al estar dominado por este personaje interior lleno de limitación notarás falta de fuerza, visión, alegría y mi favorita pasión.
Es frecuente escuchar a personas decir; “No creas, esto lo hago por obligación”. Para mi suena tan fuerte y limitador que siento a un ser proyectando obediencia sin fluidez alguna. ¿Te das permiso para cuestionarte todos tus “debería”?, ¿Quien se expresa por ti así?
Y es que conforme te sientes, así proyectas hacia afuera. Por eso hay que romper cadenas mentales no para atraer cosas banales, sino, trascender al ser y buscar tu verdad. Cuando elevas tu mente y espíritu le tapas la boca al ego.
Mira si te estás autoengañando enviando tus pensamientos negativos haciendo responsables a los demás de tus lamentos. Como tantas veces digo, comienza por ocuparte de ti, los demás ya están ocupados. No te centres por tanto en lo que no tienes hasta el punto de crear un problema que no existe. ¿A qué dices sí en la vida?
Si te pones en esa consciencia universal, trabajo personal y dejas de preocuparte por millones de problemitas domésticos y comienzas a poner orden en tu vida, dejas de lamentarte, que es lo mas importante, empezarás a fluir en tu vida sin tanto juego mental limitante.
Ya sabes antes de que intentes comprender el mundo, primero, ¡has de aclararte tú!
Fuente http://www.diegomartos.com/desmontando-creencias/
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