¿Cuántas veces “nos colgamos”, alguien nos colgó, alguna situación fue un “cuelgue”, un objeto o cosa “se colgó” (dejó de funcionar), o una persona se autodefinió o la tildamos de “colgada“?. Pero ¿qué significa esta expresión en realidad?.
Colgarse en sentido literal significa suspenderse, levantar los pies del suelo, agarrarse de algo o alguien, colgarse de una rama, de una persona, dejar caer el peso del cuerpo.
Pero también es muy usada coloquialmente en cualquier conversación de adolescentes, jóvenes y porqué no, adultos.
¿Qué significa esta expresión?
Hace varios años que la expresión ME COLGUÉ, “me re colgué”, o a secas “colgué” viene siendo el caballito de batalla de muchos jóvenes (y cada vez más adultos) que la utilizan para justificar un descuido, un olvido, un estado y hasta una forma de ser.
Para los que no entienden bien el uso de esta expresión -en Argentina suele utilizarse muy frecuentemente-, paso a explicarles que “colgarse” significa algo así como olvidarse de algo o más bien no hacerlo, siendo conscientes de esto. Es posponer algo, patearlo para más adelante, es tildarse, quedar en 0 o a veces en menos 10 (otra expresión para explicar que algo fue peor que malo o que nos dejó en “offside”), concentrarse tanto en algo que el resto deja de existir por un momento (a veces por un tiempo largo). Es también desconectarse.
Que una situación sea “un cuelgue” puede querer decir que tuve que esperar mucho o que fue aburrida, por ejemplo: “Fue un cuelgue ir al médico, tuve que esperar 3 horas para que me atiendan”.
También que una situación fue rara, inesperada o loca. Es bastante común decir “Tomamos alcohol y nos quedamos colgados”, o mucho mas literal cuando se consumen drogas y la persona queda boyando, (estar fumado, bajo los efectos de la marihuana, es como decir estás re colgado) pensando en otras cosas o sólo en una, sin estar atento del todo a la realidad presente, o sea, sería algo así como “Me fumé uno y quedé re colgado”. De hecho, a veces cuando una persona es colgada se le dice: “¿qué te pasa?, parecés fumado”.
Que una persona se autodefina: “Soy re colgado” muchas veces viene a decirnos que esa persona se está justificando de antemano por ejemplo si nos deja “colgados” o de garpe (plantados) en una salida, o si llega tarde o nunca llega, o si posterga demasiado algo que le pedimos, si no cumple con alguna tarea eficientemente, etc.
Todos hemos justificado alguna que otra vez a alguien diciendo: “Lo que pasa es que fulano es medio colgado” y la persona queda absuelta de toda responsabilidad, o por lo menos, entendemos “algo” (?) su forma de actuar.
Colgarse mal
Pero la verdad es que detrás de esa expresión, no sólo muchas personas logran “zafar” de muchas obligaciones, situaciones y culpas, sino que si pensamos más profundamente, es una expresión que esconde una gran comodidad, una falta de compromiso y un “desligarse” de una manera bastante infantil.
Ojo! no estoy diciendo que no podemos colgarnos, a veces es una necesidad, a lo que me refiero es que cuando abusamos de esta expresión para justificar hechos o “no acciones” dejamos de tener credibilidad, perdemos profesionalidad y puede ser una trampa para depender de este estado, que repito, es necesario por momentos, pero que se torna molesto para la o las victimas de los famosos colgados.
Lo que me sorprende, y lo digo porque últimamente me pasó más de una vez en el ámbito laboral, es que muchas personas que se dicen profesionales o que intentan serlo, o que simplemente se comprometen con algo, suelen dar como respuesta a esa falta de cumplimiento un “perdón, me colgué”, pero creo que muchas veces estos justificativos coloquiales y juveniles, rozan la falta de respeto hacia el otro, y sobretodo hacia el tiempo y el trabajo de los demás.
Colgarse de una cuerda o colgarse en la vida
Como cierre me gustaría pensar que como sociedad aceptamos o naturalizamos cosas que llevan a una buena convivencia, pero no siempre es así, y aunque no parezca tan terrible colgarse de vez en cuando -si eso significa descolgarse un rato de este mundo tan exigente-, no dejemos que se transforme en un hábito, y mucho menos en justificar nuestra propia comodidad a la hora de no hacer cosas que tal vez nos gustan o que tenemos ganas de hacer, pero que “por colgados” (suena bien serlo) nos las estamos perdiendo.
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Buena semana, Nati