Las psicoterapias integradoras son aquellas que buscan partir de una visión del ser humano lo más completa posible y que integre diferentes perspectivas psicoterapéuticas, para llegar también así a una mayor armonía y equilibrio internos entre los diferentes aspectos de nuestra personalidad, vida, sociedad, etc. Lo que plantea el enfoque integrador en psicoterapia es que hay elementos válidos en las diferentes escuelas de psicoterapia que son complementarios entre sí. Cada una enfoca su estrategia de trabajo en diferentes dimensiones o aspectos de la persona, que pueden ser tenidos en cuenta en una perspectiva que busque la unidad y la integración de lo emocional, lo racional, lo interpersonal, lo existencial, lo espiritual, etc.
Un ejemplo de este intento de integración es la Logoterapia de Viktor Frankl, quien pretende unificar los logros de diferentes orientaciones psicoterapéuticas, ya que en todas hay verdades parciales que se pueden integrar unas con otras.
Para tener una perspectiva más amplia que esas verdades parciales es importante mirar desde un lugar que permita un mayor campo de visión y que nos aporte una información más completa que mirar desde un solo lado, para captar así al ser humano vivo y su propio dinamismo, lleno de complejidad y de riqueza y por tanto no reducible a un mapa o esquema teórico.
Esta visión de mayor integración daría lugar a una nueva perspectiva, como consecuencia de la unión de las diferentes dimensiones previas, dando lugar a una visión multidimensional, más completa. Para expresar esto de una forma gráfica Frankl propone usar unas figuras geométricas con sus correspondientes proyecciones o visiones de uno u otro lado, para usarlas a modo de metáfora de como cada escuela psicológica estudia al ser humano, mirando a una parte y no a otras, en lo que él formuló como "Ontología dimensional".En esta figura nos podemos dar cuenta de que un cilindro visto desde diferentes ángulos parece un objeto diferente. Una persona que desde un lado ve el círculo, puede pensar que no hay otra manera de percibir el cilindro que la que ella ve, al igual que otra que está viendo el lado rectangular. Entre ambas se puede producir la discusión acerca de qué es en realidad el cilindro ¿un círculo o un rectángulo? creyendo cada una que están en una posición de objetividad, sin darse cuenta de que su perspectiva es parcial, es decir, que le faltan cosas por ver, que el otro sí ve, y viceversa.
Lo mismo ocurre en el cuento asiático de "Los ciegos y el elefante", en el que varios ciegos palpan partes de un elefante creyendo que lo que están palpando es la única realidad posible de dicho animal, sin plantearse que hay más partes del mismo que no están conociendo. Podemos ver esto mejor en la siguiente imagen:
Cuando se encuentran psicólogos o psiquiatras que pertenecen a diferentes escuelas de psicoterapia se puede producir una discusión parecida a la de estos ciegos con respecto al elefante. Cada cual habla de su visión de la realidad psíquica pero, con frecuencia, muchos no se plantean que fuera de su área de conocimientos puede haber aspectos de la realidad humana que su propio enfoque no tiene en cuenta.
Aplicada esta cuestión al tratamiento de personas que sufren problemas mentales ¿qué nos encontramos? Tomemos como ejemplo la situación de una persona con síntomas de depresión y algunos de los enfoques con los que puede ser tratada, haciendo un planteamiento muy resumido y simplificado de cada uno de ellos:
- Enfoque biologicista: el profesional que evalúa la depresión desde ahí, ante los síntomas depresivos se focalizará en una posible disfunción o daño cerebral y, además de pruebas médicas, su enfoque de tratamiento será con fármacos antidepresivos, complementos nutricionales, cambios hacia estilos de vida saludables, etc.
- Enfoque psicodinámico o psicoanalítico: en este caso el profesional supondrá que ha habido ciertas carencias o daños emocionales en la infancia, sobre todo en la relación con los padres, que hay que sacar a la luz, comprender, elaborar, etc., para superar la depresión.
- Enfoque cognitivo-conductual: el profesional supondrá que hay una serie de pautas conductuales inadecuadas como consecuencia de un aprendizaje previo, condicionamientos que llevan a repetir ciertos hábitos dañinos y distorsiones en el pensamiento que llevan a comprender mal la realidad, pues se producen numerosos malentendidos que influyen en ver lo que sucede de una manera más negativa y, por lo tanto, a deprimirse. El trabajo en psicoterapia sería modificar las conductas que llevan a mantener la depresión y a modificar los estilos de pensamiento erróneo o distorsiones cognitivas.
- Enfoque existencial: desde este enfoque, el psicoterapeuta en cuestión tratará de explorar carencias de sentido en la vida de esa persona y de sus estructuras internas de significado con respecto a lo que le conecta con el mundo, así como de enfocar cuestiones existenciales como el sufrimiento, la muerte, la culpa, la soledad, etc. para conocer en qué puntos generan sufrimiento, desolación, etc.
En todos estos enfoques puede haber elementos útiles para superar la depresión, pero no servirán igual en cualquier persona. Antes es preciso tratar de comprender qué ha llevado a la depresión en cuestión (¿una falta de sentido en la vida? ¿una alteración neurobiológica? ¿una falta de afecto en la infancia?, etc.), y si hay combinación de varios de estos elementos, tenerlos en cuenta todos ellos, para no dejarlos fuera del foco de la psicoterapia. Como cada ser humano es diferente en los factores que pueden llevarle a un estado depresivo, un factor clave en la ecuación es la persona que tenemos delante, un ser que sufre y que por sus circunstancias internas y externas está en una situación de sufrimiento, más allá de lo que nos digan las diferentes escuelas y enfoques. Por estos motivos es fundamental hacer un tratamiento lo más personalizado posible, para esa persona, como un traje a medida que tenga en cuenta, con realismo, qué sucede exactamente en esa vida humana y qué factores influyen en esa situación, para que nuestro abordaje clínico del problema no se quede en una aplicación automática de técnicas y procedimientos, sin más.
Proponemos un enfoque integrador en psicoterapia para considerar, en primer lugar, al ser humano que tenemos delante, más allá de cualquier etiqueta, diagnóstico o conjunto de síntomas, para así, desde la consideración de cada persona como alguien único e irrepetible, abordar sus dificultades desde varios ángulos, y desde las necesidades reales, para acompañarle en el camino de lograr una mayor armonía e integración entre sus propias dimensiones vitales.
Post publicado el 22 de agosto en el blog del Centro Engramas de Psicoterapias Integradoras
Revista Espiritualidad
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