Un nódulo es una pequeña agrupación de células que durante su división han sufrido algún tipo de fallo y no son absolutamente iguales a sus madres y hermanas, aunque sí bastante parecidas.
Si la anomalía es grave las células pueden llegar a morir, pero si es apenas una discrepancia con sus hermanas se pueden reproducir al margen de ellas, formando una colonia propia a un ritmo diferente pero con grandes similitudes. Como ejemplo, podemos hablar de las verrugas, que son células de la piel pero con sus propias diferencias.
Cuando nos referimos a los nódulos de la tiroides, la denominación pasa a ser “adenoma”. Ese nombre se usa también para los nódulos de prácticamente todas las glándulas, la mama, la hipófisis, el páncreas… En término médicos son neoplasias de células en la glándula tiroidea.
¿Qué son los nódulos en la Tiroides?
Los adenomas tiroideos, son por tanto, conjuntos de células tiroideas muy parecidas a sus hermanas, pero con sus particularidades, como un ritmo propio de crecimiento y una actividad distinta. En ocasiones no pueden cumplir su función de atrapar el yodo y en otras se independizan del control de la hipófisis.
Los adenomas están compuestos de células distintas pero no son agresivas, son por tanto benignos. Los tumores benignos del tiroides tienen su origen en el epitelio folicular. Nuestro cuerpo los encapsula y los aísla del resto del tejido ya que no termina de reconocerlos como normales, de esa forma evita que crezcan. Además los adenomas tienen forma esférica y su crecimiento es expansivo.
Los adenomas tiroideos mayores de 1 cm y es palpable es un nódulo tiroideo único o solitario. Si es menor de 1 cm, y no se puede palpar sino que se ven casualmente en otro tipo de exploraciones, se llaman ”casualomas”.