Al contrario de la otra complicación llamada oligoamnios, los polihidramnios son un exceso de líquido amniótico que en ocasiones puede ser normal pero que también puede ser consecuencia de alguna enfermedad de la madre o del bebé, tales como las malformaciones congénitas o diabetes en la madre. Se suele presentar en una de cada cine mujeres embarazadas.
En ocasiones, se puede llegar a tener polihidramnios y no presentar síntomas, y otras ocasiones pueden ser problemas para respirar o dolor abdominal.
Los polihidramnios se pueden presentar si el feto no absorbe o traga el líquido en cantidades normales, ya sea por acondroplasia, problemas de cerebro, trastornos gastrointestinales y otros, incluso se puede deber a una diabetes mal controlada por parte de la madre.
En este caso se recomienda reposo, para evitar partos prematuros, aunque si hay dificultades respiratorias puede ser necesario tratarlo con un catéter intra-amniótico.
Si se presenta esta complicación o se nota que el abdomen crece muy rápidamente durante el embarazo debe consultarse con el médico. Los polihidramnios leves en la última parte del embarazo no suelen dar lugar a problemas serios, mientras que los más graves se pueden tratar con medicamentos o extracción de líquidos, por eso es tan importante acudir al médico, ya que además por medio de esta complicación se puede dar lugar a parto prematuro si no se controla.
Algunos de los problemas que pueden causar son: mala posición del feto, parto prematuro, ruptura prematura de membranas, desprendimiento de placenta, nacimiento sin vida o hemorragia tras el parto.
Para evitar las complicaciones se debe acudir a un médico en caso de que se sospeche de la complicación, reposo y que lo trate para así evitar males mayores. Será el médico quien indique si es necesario tratamiento o no y cuál será el tratamiento.