Está en el sofá, recogida,hecha un ovillo. Hablacon su madre por teléfono.Se ríe. Luego arruga un pocoel ceño. Esas cosas.Yo, simplemente la miro,tiene luz, alma, vida,me gusta verla, escucharsu voz. A veces, nopuedo evitar decírmelo:Qué suerte tienes, cabrón.
Karmelo C. Iribarren, La ciudad [Antología 1985 – 2008]