Qué sustancias no tomar si debemos coger el volante

Buena parte de los accidentes en carretera (una de las grandes causas de muerte prematura evitable) son formados por la poca capacidad física y/o psíquica del conductor, que en muchas ocasiones se ve mermada por medicamentos y sustancias varias.

Pero, ¿qué no debemos tomar al conducir?

Dejando de lado el alcohol y otras drogas ilegales, existen también otros tipos de productos médicos que, en determinados casos, llegan a ser contraproducentes, como son los llamados “psicofármacos”, que dividimos en dos grandes grupos:

• Los tranquilizantes y/o sedantes, como pastillas contra la ansiedad o el Diazepam, suponen una depresión del sistema nervioso central que desemboca en una menor actividad psíquica cerebral. Todo eso, puede provocar visión borrosa, disminuyendo el tiempo de reacción y reduciendo el nivel de alerta.

• Por otro lado, los llamados medicamentos estimulantes, que se usan para todo lo contrario que los anteriores, elevan el sistema nervioso central y se emplean para elevar la moral y los estados de depresión. Sus efectos al volante pueden incluir desde una falsa sensación de control y disminución de los reflejos y la coordinación.

Otros tipos de fármacos que pueden perjudicarnos al volante son los antihistamínicos, utilizados contra las alergias y que suelen producir visión borrosa y somnolencia, o bien los antihipertensivos, que también pueden influir en una visión poco nítida y en la presencia de mareos.

Ahora que ya conocemos cuáles son estas sustancias que nos pueden afectar al coger el coche, ¿cómo evitamos sus efectos?

Lo primero que deberemos hacer es leer bien el prospecto (aunque nos cueste por sus letras minúsculas), y notar cuáles son los efectos adversos de aquello que vamos a ingerir. En España, a partir de 2011 se está empezando a implantar en el envase de las medicinas una señal de advertencia similar a una de tráfico, que nos indicará su posible peligrosidad.

Aparte de todo esto, otros consejos que se suelen dar son los de no tratar de conducir ante la duda, extremar las precauciones durante la noche, y descansar lo suficiente antes de poner las manos en el volante.