Revista América Latina

Que tal mochileros?

Por Chango Mochilero


Que tal mochileros? Bueno pues, ya pasó semana santa, la mayoría volvemos al trabajo y a la rutina y nos despedimos temporalmente de la paz y tranquilidad que da viajar ... Este "semifin" (como trabajo el Sábado mi semana santa implicaba dos días) que tenía proyectado como contexto algún club campestre de Chosica o Santa Eulalia terminó siendo la excusa perfecta para visitar un lugar al que hace mucho quería visitar: Callahuanca. Al empezar a revisar sitios web donde obtener información sobre Callahuanca encontré que es un destino promocionado por el gobierno, lo que implica que ha habido inversión en la infraestructura y mejoras que facilitan la estancia del visitante. Por si lo desean el link es este: http://www.demitierraunproducto.gob.pe/callahuanca.html
El viaje inició, como casi siempre, antes de llegar al destino, ya que recién llegados a Chosica no encontrábamos los buses que nos llevarían a nuestro destino. Muy por el contrario, pululaba el transporte a otros destinos, como San Pedro de Casta, Matucana, San Jerónimo ... pero ninguno a Callahuanca. Dando vueltas y preguntando por el paradero desde donde salían los buses a Callahuanca fui preguntando a algunos colectivos y taxis que hacían cola esperando sus clientes. El primero me vio con cara de turista, ya que ofertó a S/.60 el traslado, sin ánimos de querer bajarlo un sol. La verdad ya había previsto ese escenario pero esperaba que el taxi nos cobraría algo de S/.30 ... no el doble!!! Sin embargo, el precio fue bajando hasta S/.40 y habría atracado sino fuera porque Mili parecía haber empeñado su palabra de honor en encontrar el bendito terminal. Y de hecho, lo hizo, en uno de los laterales del Parque Echenique, donde encontramos una cola kilométrica en espera de hace más de una hora. Antes de llegar un taxista ofreció llevarnos hasta por S/.30. Se lo comenté a Mili y volvimos, pero el taxista ya había volado. Menos mal, uno atracó a S/.35 y partimos. El taxista trató de cortar el camino y lo hizo, aunque tomamos un camino erróneo y tuvimos que regresar, sin embargo, luego de unos  40 minutos de andar por la quebrada y apreciar distintos paisajes, que iban desde el monótono y apagado de los cerros al exuberante verde del valle, claro que al final lo logramos. Una vez llegados a Callahuanca nos encontramos con un pueblo pequeño, amigable, con una bonita plaza e iglesia, además de un impresionante trabajo de señalización que indicaba todos los lugares de interés del pueblo. Nuestra primera preocupación era llegar al hotel, ponernos más cómodos y porque no meternos un chapuzón en la piscina. Ahora, algo sobre el hotel. Su nombre es El Rodeo y  la verdad cumplió nuestras expectativas. La entrada no impresiona mucho, pero si el largo camino entre la huerta que nos llevó a la recepción. Allí nos entregaron las llaves y continuamos el camino hacia el hotel, que se encuentra al fondo. El conjunto del gran jardín, la piscina y el hotel me hicieron pensar en que la inversión había valido la pena. Los cuartos no son muy espaciosos pero la piscina tiene buen tamaño, además, la gente es muy amable, hay una zona de juegos infantiles, un mirador, todo está muy limpio, sillas para tomar el sol, un comedor, cochera, es decir, realmente vale la pena. Es más, yo regresaría sin pensarla mucho. Si desean reservar o algo les recomiendo llamar al 9997 – 44747, que es el número de la representante, coordiné con ella y la verdad, la atención impecable. Si desean más info visiten http://elrodeohotel.wordpress.com/
Luego de la piscina decidimos ir al pueblo a almorzar. En el camino pudimos observar que en muchas casas vendían chirimoyas y paltas, frutas por las que Callahuanca es reconocida, incluso celebran el FESTIVAL DE LA CHIRIMOYA que si mi memoria no falla ha de celebrarse este año el 27 y 28 de Abril (la fecha varía con los años). En la plaza nos encaminamos a almorzar a “El Chirimoyo”, restaurante que por el nombre llamó nuestra atención. Hay platos a la carta y menú, Mili y yo por el menú y Evelin por la trucha. Los platos a la carta cuestan un promedio de S/.15 – S/.20, el menú S/7 y la jarra de chica S/5. ¿El sabor? Estaba buenazo. Como para bajar la comida decidimos conocer el mirador, que nos dijeron se encontraba a uno 40 minutos de camino. Claro, 40 minutos, aparentemente aún no viajamos lo suficiente. A medida que caminábamos notábamos como el camino se inclinaba y al rato estábamos cuesta arriba. No había pasado más de media hora cuando le preguntamos a un lugareño cuanto faltaba. - Uff!!! Eso está arriiiiba!!! - ¿Qué? ¿Es ese que está en la cima del cerro? - Claro. Ya pueden imaginar las caras de Mili y Eve diciéndome: ¡Sube solo!, ¡Quedamos que esta vez no haríamos caminatas!, ¡Vinimos a descansar!, etc. Lo malo es que lo anterior era verdad y sinceramente, ni yo quería hacer caminatas. Optamos por volver (igual eran las 4:00pm y no haríamos la subida y en menos de 2 horas, lo que implicaría que la neblina y la noche llegarían antes) al hotel y descansar un poco antes de salir por la noche. En la noche fuimos a comer algo a la plaza y de paso comprar unos puchos y un vino para pasar la hora en la noche. Al día siguiente, fuimos a la plaza a tomar desayuno (en el hotel también lo ofrecen, pero nos salía algo de S/.15 – S/.20 así que como estábamos bajos de recursos salimos a buscar “opciones”) y terminamos desayunando en la casa de una señora a un par de cuadras del centro. No recuerdo la dirección pero era en la recta de la comisaría en dirección a la entrada del pueblo creo. En la noche la misma señora vende humitas, tequeños y cosas por el estilo. Después del desayuno arrancamos para el hotel, hacer las cosas y fugar. Salimos a las 12:00m a pesar de que el check out era a la 1:00pm porque éramos conscientes de la cantidad de gente que estaba buscando hospedaje. De todas maneras sería bueno que quede claro la hora de salida. Ya fuera del hotel enrumbamos hacia el último destino en Callahuanca: la piscigranja de Piedra Huaca, o como lo llaman ellos el Centro Ecológico Recreativo Piedra Huaca. El Centro Ecológico Recreativo Piedra Huaca es básicamente una piscigranja, que lo llamen Centro Ecológico Recreativo es debido a que ofrece (entre otras cosas): piedras con formas de animales, pesca deportiva, restaurante ecológico, museo de sitio, mini zoo (animales de granja), piscigranja, acceso al río y entrada a un vivero. Sólo que hubo un pequeño inconveniente: no había pesca deportiva ni museo de sitio y el mini Zoo estaba clausurado, al igual que el Vivero. Para mí, honestamente la piscigranja no valía el camino, sin embargo, como un mini-treking estaba muy bien. No exigía mucho y fue entretenido.  ¡CIerto! Para 


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