Revista Insólito

¿Qué tan al sur ha llegado alguna vez la aurora boreal?

Publicado el 02 marzo 2014 por Datos Reales @datosreales1

Funcionan reentrenando las conductas, los patrones de pensamiento y las respuestas.A diferencia de las terapias tradicionales o el psicoanálisis, la terapia cognitivo-conductual no explora los orígenes de los problemas sino que se concentra en el presente, e intenta remplazar los patrones de pensamientos dañinos del paciente por otros más constructivos.
La gente que sufre de ansiedad, depresión o desórdenes alimenticios aprende nuevas herramientas para lidiar con el estrés o con situaciones que encuentran particularmente difíciles.
Esto puede incluir darse instrucciones a uno mismo usando imágenes, practicar la relajación o infundirse ánimo, así como el empleo de técnicas específicas para superar las fobias o para manejarnos con más soltura en situaciones que nos resultan incómodas.

La terapia cognitivo-conductual puede ser más rápida que otra clase de tratamientos, quizás porque está basada en un entrenamiento práctico para adquirir herramientas útiles para la supervivencia.En septiembre de 1859 se produjo la tormenta solar geomagnética más grande de la historia, impulsada por una enorme llamarada solar.

La aurora boreal asociada con este fenómeno llegó tan lejos que se podía ver hasta en Cuba y Hawai, que están a 21º del Ecuador.

La aurora austral, pudo verse aún más cerca del Ecuador, en Samoa (13º al sur), en 1921.Dada la alta velocidad a la que orbita (completa una vuelta en cerca de 90 minutos) la EEI no es un buen lugar para colocar un telescopio y observar las estrellas.

Pero es un lugar perfecto para mirar la Tierra.

Por esta razón, en enero de 2013, un equipo de astronautas instaló un telescopio llamado Sistema de Visualización e Investigación Ambiental de la Estación Espacial Internacional.

Este aparato se utiliza para monitorear desastres naturales y el cambio climático en la Tierra.Sí. El cabello actúa como aislante atrapando una capa de aire cerca de la piel de la cabeza, para evitar la pérdida de calor por convección.

Esto es importante cuando hay mucho viento.

En 2008, un estudio en Suiza midió cuánto calor los motociclistas pierden por la cabeza usando unos maniquíes térmicos especiales.

Los investigadores hallaron que la frecuencia de la pérdida de calor era proporcional a la velocidad del viento.

Los maniquíes que llevaban una peluca bajo el casco perdieron la mitad de calor en comparación con los otros.


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