“Si no somos completamente nosotros mismos, verdaderamente, en el momento presente, nos lo perdemos todo.” Thich Nhat Hanh
¿No sientes a veces que la vida te manda señales? A mi me pasa muchas veces cuando no tomo una decisión. Empiezo a tener dudas y decido no hacer algo por el momento y pensármelo para estar más segura. Entonces, empiezo a recibir señales sobre eso, señales que me recuerdan el tema y la decisión que no he tomado: imágenes, carteles con palabras, mensajes, etc.
¿El universo te manda señales? Yo creo que en cierta manera sí y no. Esos mensajes están ahí para ti, efectivamente, pero si no fuera algo importante, no les harías ni caso… no te fijarías en que existen y nada se activaría en tu interior cuando escuchas esa palabra o ves ese cartel.
Es una manera que tiene el universo de mandarnos pistas, ayudas, preguntas o incluso posibles soluciones a problemas, todo lo que necesites para llevar a cabo sea lo que sea que tengas que hacer o aprender algo o pasar a la acción.
Todo lo que necesitamos es estar abiertos a la recepción de estos mensajes para que nos lleguen, estar dispuestos a recibirlos y entonces, tus sentidos se agudizarán para activar el que estés receptivo.
El principio de sincronicidad
El principio de sincronicidad, dice habla de “una aparente coincidencia de dos o más eventos parecidos o idénticos, llenos de significado que están causalmente no relacionados”.
Es muy curioso cuando algo que leemos, o alguna experiencia con la que nos encontramos parece que directamente esté apuntando a algo que nos está pasando en nuestra vida. Esto puede pasarnos en cualquier momento y en cualquier lugar.
Si estamos abiertos a las señales, veremos las señales, las leeremos, oiremos, tocaremos o sentiremos algo que es exactamente lo que necesitamos en ese momento.
El día de mi cumpleaños me levanté a hacer mis ejercicios de yoga. Extendí la esterilla en el suelo y fui a abrir la persiana. Pensé para mis adentros “por favor, que haga sol, hoy necesito un buen día”. Bien, hacía sol, pero además tuve el regalo de ver un pajarillo en la barandilla de mi ventana. Paseó por todos los maceteros del balcón y luego se fue volando.
No pude dejar de sonreír en todo el rato, porque en cierta manera, era un regalo. Un regalo del universo para mi. Un pequeño instante mágico y valioso que me hizo empezar el día con una sonrisa.
Puede ser coincidencia, está claro, pero si los recibimos como algo cargado de significado para nosotros, puede ser una señal muy valiosa.
Escucha el momento
Vamos siempre tan acelerados que no nos paramos a escuchar el momento, a sentir qué está pasando y pensar cómo es mejor que actuemos.
Hay varias cosas que puedes hacer para escuchar el momento:
- Mindfulness. Si practicas mindfulness aumenta tu conciencia respecto a lo que está pasando en cada momento a tu alrededor. Puede ayudarte a meditar con más frecuencia y relajar tu cuerpo y tu mente. Vivir más conectado contigo mismo, y más en consonancia con lo que quieres.
- Abrir tu mente. Recordar tus señales o mensajes puede ser complicado, porque muchas veces no los percibimos. Escuchar consicentemente a tu alrededor y mantener la mente abierta puede ser una clave importante para escuchar tu presente.
- Sigue tu intuición. Normalmente tenemos nuestra intuición aparcada. Pasamos todas las ideas por el filtro racional, pero la intuición es algo que existe realmente y que todos tenemos, que nos avisa nos da consejos, nos alerta de cosas o personas. Empieza a escuchar más a la intuición que sale de ti en ciertos momentos.
- Pon la intención. Estar preparado para recibir los mensajes, siendo receptivo y observando. Tener la intención de recibirlos hará que abras tu mente a ello.
- Escucha tu cuerpo. ¿Cómo reacciona tu cuerpo ante determinadas circunstancias? ¿Sientes un nudo en el estómago o te pones en alerta? Tu cuerpo te va a dar más pistas de las que crees a la hora de tomar decisiones. Tu cuerpo es como una máquina de la verdad, no te va a engañar respecto a si algo te gusta o no, aunque tu mente te esté diciendo otra cosa. Escucha lo que tu cuerpo tiene que decirte y hazle caso.
¿Qué mensajes has recibido recientemente? ¿Vas a ignorarlos o vas a hacer algo con ellos?
Recuerda, escucha, observa, mantén tu mente abierto y pasa a la acción. Escucha el momento.
Si te ha gustado el artículo, compártelo con los botones que encontrarás aquí debajo.