El frío ayuda a quemar calorías, es decir, adelgaza. Por lo que practicar deporte en ambientes fríos es un plus para bajar de peso, se activa más el metabolismo y se quema una mayor cantidad de calorías.
El frío favorece la piel tersa. La piel es la encargada de mantener la temperatura corporal constante (termorregulación), así pues, cuando bajan las temperaturas, los vasos sanguíneos se contraen. Esto hace que llegue menos sangre a la piel y disminuya el aporte de nutrientes y oxígeno, lo que produce una sensación de tirantez o tersura en la piel.
El frío ayuda a reducir el dolor en las articulaciones. Por eso es muy utilizado a nivel deportivo. Aplicar frío local cuando ha habido un golpe, contusión o esguince, previene la inflamación porque contrae los vasos sanguíneos, lo que evita que la sangre se extravase, es decir, que salga por las paredes de las venas y se acumule en los tejidos.
El frío mejora el estado general de los músculos, su tonificación y recuperación después de entrenamientos. El frío contrae los vasos sanguíneos y el ejercicio favorece la circulación, por lo que el resultado es una buena tonicidad de los músculos.
El frío mejora la asimilación de todos los nutrientes que el organismo necesita para funcionar correctamente y ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre previniendo la diabetes.
¿Conocíais todos los beneficios del frío?