Antes se intuía, pero en el último año y medio ha quedado más que claro. Trabajar desde casa es posible, y no solo eso, el panorama profesional actual no ha hecho más que dar fuerza a todas aquellas actividades y todos aquellos trabajadores especializados en soluciones tecnológicas. En una sociedad cada vez más digitalizada, el teletrabajo ha entrado por la fuerza, pero lo ha hecho con la intención de quedarse.
Cada vez más empresas lo abrazan e incluso lo ofrecen ya no solo como una opción alternativa, sino como el gran grueso de la actividad de sus empleados Sean los que trabajan por cuenta ajena o los que lo hacen por cuenta propia, es más y más común ver perfiles como los profesionales en ciberseguridad, los analistas de datos o incluso los desarrolladores de webs y apps que trabajan desde su despacho en casa.
Una realidad posible gracias a las nuevas conexiones
Más presentes en los hogares, aunque esto no solo se debe a la necesidad que ha surgido o al auge del nuevo paradigma digital en la sociedad, también le debe muchísimo a las infraestructuras. Porque las conexiones domésticas a internet de los últimos años no tiene nada que ver con las que había hace diez años. De hecho, gracias a ellas cada vez es más fácil teletrabajar.
Solo hay que pensar en un desarrollador o diseñador web que trabaje desde casa. Con una línea antigua, podría tardar incluso horas en aplicar una actualización pequeña en la web que esté creando, y ya ni hablemos de compartir los progresos con sus clientes, organizar reuniones o videollamadas. Esas situaciones ya se han acabado.
Una buena conexión de fibra óptica para trabajar desde casa necesita tener un ancho de banda de entre 100 y 300 Mb asimétricos (o simétricos), justo lo que podemos encontrar en las grandes operadoras actuales. Con precios que hace años eran impensables, ahora disponemos de conexiones que nos permiten descargar gigas y gigas de ficheros en cuestión de pocos minutos. Cosas que antes podrían requerir días.
Y hacemos hincapié en eso porque es la mejor forma de entender cómo ha cambiado todo el ecosistema de la red de redes. Porque no es solo una cuestión de velocidad, también lo es de estabilidad. Un profesional que teletrabaje no se puede permitir una conexión lenta, pero tampoco una inestable, con constantes caídas o con falta de mantenimiento. Por eso, cada vez hay un mayor compromiso con ofrecer un servicio de atención siempre disponible y las conexiones más robustas posibles.
¿Cómo debe ser mi conexión a internet para trabajar desde casa?
La realidad es que no hace falta una conexión con velocidades punteras para teletrabajar. No obstante, sí que es aconsejable si se deben manipular archivos de mucho peso. Los expertos inciden en que basta con una línea de algo más de 20 Mb para poder trabajar en remoto. Con esa línea es suficiente para poder hacer llamadas por voz y navegar. No obstante, en el momento en el que hay que trabajar con archivos de imágenes o vídeo, que pueden superar los gigas de tamaño, ya es conveniente subir de nivel, al menos, hasta los 100 Mb simétricos o asimétricos.
Velocidades que miran a la fibra óptica, nuevo tipo de línea que, además se asienta ya no solo por su velocidad, también su estabilidad. Incluso más importante que el ancho de banda es la robustez y la permanencia de la conexión. En caso de perderse la señal mientras se sube o se descarga un archivo, o mientras se celebra una reunión, el problema puede ser importante para el profesional.
Luego está, obviamente, contar detrás con un equipo de asistencia que esté disponible para cualquier posible incidencia, que resuelva dudas y que actúe con rapidez en caso de problemas. Todo esto confluye y es lo que determina el tipo de conexión que hace falta para el teletrabajo.
¿Es el teletrabajo el futuro?
Aunque su figura se ha popularizado a raíz de la pandemia, la realidad es que el teletrabajo lleva presente mucho tiempo. Profesionales precisamente del desarrollo y el diseño web, sobre todo los que actúan por cuenta propia, están más que habituados a esta situación. Ahora bien, muchas empresas han empezado a modernizarse y a digitalizarse, lo que les ha empezado a permitir habilitar más puestos compatibles con el trabajo en remoto.
La mayoría de trabajadores lo prefiere, aunque los directivos no tanto. El 81% de personas que trabajaron desde casa durante la pandemia, según recoge CNET, o lo siguen haciendo o quieren volver a esa modalidad o abrazar una posibilidad híbrida. Los hay que se decantan mucho a favor de una corriente mixta, que permite alternar jornadas de trabajo en oficina con jornadas de trabajo desde casa.
En muchos países, grandes empresas están notando una «fuga de cerebros» debido a empleados que prefieren poder trabajar desde casa y no se les brinda esa posibilidad. Desde luego, si no es el futuro, está haciendo méritos para serlo.