Hablar de infertilidad en una pareja es un término muy poco exacto a nivel médico. Un experto en este tipo de trastornos podríamos decirnos que el problema de no poder conseguir un embarazo tiene diferentes niveles de gravedad, según el factor causante de la falta de concepción.
En consecuencia, debemos tener claro que no todas las parejas deberán someterse a un mismo tratamiento de fertilidad, dependiendo de cual es el trastorno que deben sortear médicamente para conseguir concebir un niño.
La estimulación ovárica
Es un tratamiento destinado a las parejas que no pueden concebir porque la mujer no produce óvulos.
También se proporciona a las que van a recibir un tratamiento de reproducción asistida, con el objetivo de aumentar sus posibilidades de embarazo.
La estimulación ovárica consiste en que la mejer se ponga cada día, a partir del tercero del ciclo, una inyección subcutánea de un preparado hormonal. A partir de esto, se empiezan a seguir los folículos que aparecen y su tamaño, mediante ecografías vaginales.
La inseminación artificial
Para hacer este tratamiento se enriquece el semen del hombre en un laboratorio y, posteriormente, se introduce en el útero de una mujer, que previamente se ha sometido a una estimulación ovárica.
La fecundación in vitro
Se trata de un tratamiento de fertilidad más complejo, en el que se extraen óvulos a la mujer para colocarlos en un recipiente con espermatozoides en el laboratorio, y buscar que se produzca la fecundación. Cuando ya existe el óvulo fecundado, se implanta en el útero de la mujer.
La microinyección espermática
Este tratamiento es una variedad de la fecundación in vitro, en la que solo se usa un espermatozoide para fecundar cada óvulo. Por lo tanto, los médicos pueden trabajar con semen que no sea de gran calidad, a la hora de intentar conseguir un embarazo.
Esta ventaja a la hora de llevar a cabo el proceso de fecundación in vitro hace que la microinyección espermática sea uno de los tratamientos de fertilidad más usados, con una tasa de éxito superior al 30 por ciento.
El diagnóstico genético preimplantacional
Más que un tratamiento de fertilidad propiamente dicho, el diagnóstico genético preimplantacional es una técnica que ayuda a conseguir un embarazo sano a las mujeres que deben optar por algún tratamiento de fertilidad de los anteriormente mencionados.
Con este diagnóstico, los médicos pueden saber si el embrión fecundado artificialmente está sano genéticamente y, por lo tanto, decidir colocarlo en el útero femenino.
Igualmente, esta técnica se usa para otros diagnósticos prenatales en los que se tenga que detectar posibles anomalías importantes del feto. En conclusión, algunas de las principales utilidades del diagnóstico genético preimplantacacional es útil para:
- Asegurar a las parejas con problemas genéticos hereditarios que su futuro hijo nacerá sano.
- En las familias con un niño enfermo que necesite ser compatible con el futuro bebé por cuestiones médicas, este diagnóstico permite seleccionar los embriones adecuados.
- Hacer una valoración correcta del embrión, si la mujer es mayor de 38 años, o si ha tenido varios abortos seguidos.