Revista Salud y Bienestar

Que venga dios y lo vea

Por Carlos

Por seguir con el tema añadiré que todo ello denota una escasa o nula confianza de los gestores en la capacidad de sus propias instituciones y profesionales para manejar la demanda (gestión clínica) y que lleva a sumar cargas y “cargos” a los existentes.

Así añadiríamos a los coordinadores de los equipos de primaria, las subdirecciones de primaria, supeditadas a los directores de primaria y estos a su vez a las gerencias hospitalarias y este a su vez a los directores de coordinación asistencial y en medio directores de producto, directores generales de continuidad asistencial y así hasta definir unas estructuras cuya finalidad es la coordinación, depositando esta necesidad, en un, cada vez mayor número de intermediarios fiscalizadores que una vez creados no se evalúan y mucho menos desaparecen, en caso de considerarse superfluos.

Y hablamos de gerencias únicas, cuando lo cierto es que simplemente se plantea la supeditación de los criterios técnicos y profesionales a los criterios políticos.

Con la excusa de disminuir la variabilidad en la práctica médica, se crean protocolos y guías de práctica clínica que en ocasiones suponen un trabajo extra a la hora de tratar los procesos y los circuitos.

Si se solicitan, bajo el punto de vista del gestor, muchas demandas de transporte sanitario, no se analizan las causas ¡NO!, se plantea un paso intermedio, como es, informar y tramitar por fax las peticiones a las direcciones de primaria, que por supuesto no trabajan tardes, sábados ni festivos.

Si se piensa que se dan muchas IT, se plantea informar a los servicios de inspección de las causas y las fechas vía fax, si se piensa que se prescriben muchas recetas, se plantean informes varios para enviar junto con esas recetas, poco importa quien los prescribe, y todo ello desde atención primaria que para eso estamos.

Y todo esto bajo la creencia de que todos ellos, inspectores, directores y demás lo gestionarán mejor que nosotros y serán capaces de reconducirlos.

Bueno, puede ser, pero mientras tanto, aquí estamos, se supone que rellenando las horas muertas, de las que deben de pensar las mentes preclaras, que disfrutamos.

Si todo esto no es un despropósito, que venga Dios y lo vea, y mientras viene seguiremos creando estructuras, comisiones, comités, grupos de análisis, asesores, directores… que maldita la falta que hacen.

Y no se crean, que a pesar de todo sigo enamorado de la primaria, confiando en el sistema, en la creencia de que a lo mejor todo esto es necesario y por supuesto yo puedo estar equivocado, pero sobre todo disfrutando cuando un paciente me da la mano al entrar o al salir de la consulta.


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