Aunque ya llevábamos dos días viajando y con la nada desdeñable cifra de 1800 km recorridos, en realidad para nosotros hoy era nuestro "primer día de viaje", y eso que habíamos disfrutado de lo lindo en Burdeos, pero con una especie de sensación de prisa (sin el especie en realidad) que no nos permitía disfrutarlo como es debido, tan es así que nos hemos prometido un finde en Burdeos para desquitarnos.
Con un recorrido como el que vamos a hacer hoy, planificarse es dificilísimo, y el motivo fundamental es que hay tanto que ver que no sabes como hacerlo. Sabes que tienes que descartar cosas y además sabes que hay imprescindibles que no puedes dejar de ver. Nuestro destino es Cambridge y nuestro punto de partida Dover, hasta ahí la cosa es sencilla, el problema viene con las paradas, que ver y que no ver, cuanto tiempo dedicarle a cada lugar, etc. Y aunque creo que nos apañamos bastante bien, nos tuvimos que dejar algunas cosas que seguramente nos obligarán a volver en un futuro.
Nuestra idea era despertarnos super pronto para aprovechar el tiempo pero estábamos muy cansados por las dos jornadas maratonianas anteriores y finalmente nos despertamos a una hora decente y como allí es una hora antes no nos causó trastorno. . Teníamos unas ganas locas de recorrernos Dover y de llevar a cabo la planificación que teníamos programada así que se nos olvidó desayunar!!
Dover. The White Cliffs.
Fue lo primero que decidimos ver de Dover sobretodo porque no tiene horario y se puede ir bien prontito. Siempre lo hacemos de esa manera, lo que está al aire libre primero y luego lo que tiene horario de apertura, así aprovechamos mejor el día y podemos visitar otros lugares con más tiempo.
Para llegar a los White Cliffs pasas por delante del castillo de Dover que es impresionante y otro imprescindible y hay que subir por una carreterita estrecha. Hoy es el primer día en el que conducimos por la izquierda así que vamos con muchísimo cuidado buscando el camino hacia los White Cliffs.
Sin embargo, nos los pasamos y llegamos a otro pueblecito que se llama St Margarets at Cliffe y vimos que había una señal que indicaba un camino hacia la playa, decidimos ir a ver que pasa y llegamos a una playita entre los cerros muy tranquila aunque había algo de gente, incluso algunos bañándose! Nos permitió ver los White cliffs de bien cerquita y además nos dimos un paseíto!
Como también queríamos ir arriba dimos media vuelta y fijándonos más encontramos un pequeño apartadero con un cartel que dice White Cliffs. Hay muy poco sitio para dejar el coche (como en toda Inglaterra) pero encontramos un apartadito en un lateral donde no caben más de tres coches. Junto a él está una pequeña entradita hacia un sendero que te conduce a los white cliffs, ni que decir tiene que se llega caminando.
Los White Cliffs además de ser unos acantilados super blancos, son un paseo muy agradable que luego vimos que hace muchísima gente hasta el faro , ida y vuelta, unos cinco kilómetros, las vistas son muy bonitas.
Después de un tranquilo paseo ponemos camino al castillo de Dover ya que abre a las 10:00, así que entramos a primera hora.
El Castillo de Dover.
El Castillo de Dover es enorme. Si piensas que es un Castillo para dar un paseo de media horita y ya está, olvidaté. Es un Castillo para dedicarle al menos dos o tres horas. Y si vas en fin de semana todavía más porque hay espectáculos y representaciones. Nosotros fuimos en Domingo y había una representación de caballeros ingleses contra franceses a caballo.
Era un castillo muy defensivo y bien preparado porque las escaramuzas con el continente eran constantes.
Puedes visitar prácticamente todo en el castillo. Las antiguas galerías del siglo XV que utilizaban para moverse por el subsuelo del castillo en momentos de asedio y como no como mazmorras o para acceder a los túneles defensivos donde estaban las baterías que protegían el puente y el foso.
Puedes visitar los edificios exteriores pero lo que más me gustó del castillo fueron dos cosas, la visita a la torre del castillo principal en el que se recrean las habitaciones, cocinas y estancias con un nivel de detalle realista y que te permite hacerte una idea de como eran las cosas, y por otro lado la representación que hacían en los patios principales de las justas entre ingleses y franceses, súper divertido.
Además tienes la posibilidad de ver las instalaciones que se utilizaron en el castillo de Dover para la primera y segunda guerra mundial. Vaya, que como puedes ver, solo este castillo da para rato.
Walmer Castle
Nuestra siguiente parada fue Walmer Castle que está de camino a Sandwich. Walmer Castle forma parte de una serie de fortalezas que se construyeron en la costa sur de Inglaterra. Fundamentalmente servían como protección de las baterías de artillería que estaban dispuestas para defender la costa de posibles ataques franceses y españoles.
El rey Enrique VIII construyó cerca de 30 de estas fortificaciones a lo largo de la costa y todas tienen la planta con forma de rosa, la rosa de los Tudor, dinastía de reyes inglesa.
Sin embargo, lo que te encuentras hoy en día es un castillo muy bien conservado (no como el de Deal) que sirve de lugar de retiro y entretenimiento para los habitantes de la zona que van a tomar el té y a relajarse en los jardines del castillo.
Nos llamó la atención que había pocos turistas y muchos visitantes locales que simplemente iban allí a pasar la tarde con los amigos o la familia. Nos tomamos un té y un trozo de tarta para pasar desapercibidos...obligados totalmente por las circunstancias.
Sandwich
Sandwich es un pueblecito pintoresco que está muy cerca del castillo de Walmer y por el que teníamos anotado pasar para pasear un rato y conocerlo. De este pueblo es originario John Montagu, IV conde de Sandwich que es el que reclamó el invento de lo que hoy conocemos como un Sandwich, dos rebanadas de pan con comida en el medio, y de ahí el nombre. Así que no, no es casualidad, el origen del sándwich está en la ciudad de Sandwich.
El pueblo es precioso y además tuvimos la suerte de que estaban de celebración y lo pasamos en grande escuchando la música en la plaza del pueblo mientras nos tomábamos un refresco y de cuando en cuando sacábamos alguna foto de las tres chicas que cantaban a capella (de maravilla) o del público.
Mas que recomendable pasear por Strand St, Potter St y The Butchery St.
Canterbury
Dejamos Sandwich en el retrovisor, y nos dirigimos a Canterbury, a conocer su catedral que es patrimonio de la humanidad y uno de los puntos religiosos más importantes de Inglaterra.
¿Por qué es un lugar religioso importante para Inglaterra? Pues porque en Canterbury reside el líder de la iglesia anglicana que es la más importante de Inglaterra.
Además Canterbury fue un centro muy importante del mercado y la producción textil durante los siglos XVI al XVIII, aunque luego entró en un proceso de decadencia.
Los tejedores de Canterbury. The Weavers
En Inglaterra ya existían tejedores alrededor del año 1600. Sin embargo, en el año 1685 el Rey Sol de Francia Luis XIV decide revocar el edicto de Nantes lo que suponía o la conversión del protestantismo al cristianismo o abandonar el país. Cerca de 50.000 hugonotes y valones abandonaron el país francés para cruzar el canal de la mancha y dirigirse a las poblaciones protestantes que se desarrollaban en Inglaterra.
En Inglaterra, desde hacía más de un siglo había colonias valonas que gozaban del favor de los reyes, y concretamente en Canterbury donde nos encontramos había una de las más importantes. Tan era así que la reina Isabel les concedió un lugar de culto en los sótanos de la catedral de Canterbury. Lugar que todavía conservan y utilizan después de 400 años.
Esta migración masiva favoreció mucho a la industria textil inglesa, sobretodo en Canterbury que es donde más se desarrolló ya que los Hugonotes y los Valones eran especialistas entre otras cosas en tejer la seda y el algodón.
Por este motivo Canterbury tiene tantas reminiscencias a los tejedores o Weavers y se visitan sus casas y se pueden ver ruecas y útiles de tejer en los escaparates y en los pubs y bares como adorno.
El castillo normando y la Abadía de San Agustín
Además de la catedral y del centro histórico y de las casas de los tejedores, en Canterbury puedes visitar el castillo normando y la Abadía de San Agustín.
Ambos están semi destruidos y tienen más un interés arqueológico que otra cosa. La que más me gustó fue la Abadía, tiene un centro de interpretación y una exposición arqueológica interesante. Luego puedes pasear por las ruinas tranquilamente e ir observando lo que te han enseñado en el centro de interpretación. Está bastante bien.
Nuestra idea era visitar Leeds Castle después de conocer Canterbury pero no nos fue posible, fue nuestro primer error de cálculo importante que provocó que no pudiésemos conocer este precioso castillo.
Ya se nos había hecho tarde así que emprendimos camino a Cambridge donde llegamos sobre las nueve de la noche cansados y con ganas de dormir. Mañana conoceremos Cambridge y York. Otro gran día en Inglaterra!
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