Cuando empezamos a organizar este viaje a Alsacia y Lorena en 1 semana, teníamos claro que el castillo de Haut Koenigsbourg iba a ser una de las visitas obligadas.
Este imponente castillo se encuentra en la montaña de Stophanberch, a unos 755 m de altura y ya se menciona en el s. XII. Tenía una situación estratégica, ya que se encontraba en un cruce de importantes rutas comerciales, como la ruta del trigo, la del vino, la de la sal o la de la plata.
En el s. XV fue reconstruido y durante la guerra de los Treinta Años resistió más de un mes a los ataques de los suecos, pero acabó siendo arrasado y quemado y, posteriormente, abandonado durante más de dos siglos. En 1865 pasó a ser propiedad de la ciudad de Sélestat, que lo donó al emperador alemán Guillermo II de Hohenzollern (recordad que Alsacia fue durante mucho tiempo territorio alemán). Fue en 1919, con el Tratado de Versalles, cuando Francia se hizo con este castillo.
Puedes hacer una visita guiada, pero nosotros escogimos hacerlo por libre ayudados de una guía en papel. La visita recorre el patio, el gran bastión y varias estancias más familiares, como la cocina, algunos dormitorios y hasta una pequeña capilla.
Las mejores vistas las obtendrás desde lo más alto.
Dejábamos atrás el Castillo de Haut Koenigsbourg para diriginos a los dos últimos pueblos de Alsacia antes de llegar a su capital, Estrasburgo: Barr y Obernai.
BARRAparcamos el coche en la plaza del Ayuntamiento y allí al lado se encontraba la Oficina de Turismo, en donde nos hicimos con un plano y empezamos con una pequeña ruta circular que nos llevaría poco más de una hora.
En Barr ya no hay tantas casas con entramado de madera, aunque esto no quiere decir que no haya niguna.
Con este breve recorrido pudimos disfrutar del ayuntamiento, de varias casonas típicas, de la iglesia protestante, de una antigua fábrica de cuero y, como no, estando en Alsacia, del viñedo Folie Marco.
OBERNAI
Obernai lo encontramos mucho más abarrotado de turistas que Barr y es que en Barr no nos encontramos con ninguno!!Gracias a la chica de la oficina de Turismo de Barr, ya disponíamos del plano turístico con la ruta marcada para no perdernos nada y de la advertencia de que en Obernai no se permitía el tránsito rodado y había que aparcar en las afueras. Ojo que en el centro sí que hay varios parkings, aunque me imagino que debe ser un poco caótico y bastante caro. Si queréis seguir la recomendación que nos dieron a nosotros, disponéis de los parkings Altau y Remparts, que son gratuitos y a un paso del centro.
Nosotros aparcamos en el Remparts, al lado de la muralla y la Sinagoga, seguimos por la Rue du Marché hasta llegar a la Place du Marché, tomada por el mercadillo navideño de turno. Continuamos luego por la Rue Sainte Odile hasta la pequeña y bella Place de l´Etoile y luego hasta la iglesia de San Pedro y San Pablo, en la Rue du Chanoine.Terminaba aquí nuestra ruta por los pequeños pueblos de Alsacia. Por la tarde llegaríamos a Estrasburgo que nos caló hondo por su belleza y ambiente y eso que al visitarla pocos días después de los horribles atentados de París estaba tomada por la Policía y el Ejército, con varios controles en donde solicitaban los papeles y con su centro histórico totalmente cerrado a vehículos.