Todavía no sé cómo lo hice, pero me quedé dormida sentada en un sofá de la estación, con la mochilla entre los brazos y los pies sobre la maleta. Yo antes no podía dormir si no era en cama, en silencio y a oscuras. Será que los viajes me están cambiando?
A las 12 cogimos un taxi que nos llevó al hotel, en la zona de Vallecito y a 1,5 km de la Plaza de Armas por, creo recordar, 10 soles. Nos duchamos, descansamos, comimos en el hotel (62 soles) y luego salimos a dar un paseo por el centro histórico.
Empezamos a ver los volcanes que rodean la ciudad cuando recorríamos la preciosa calle Sucre y en menos de 15 minutos ya estábamos en la impresionante Plaza de Armas.
Lo que destaca en los edificios históricos de esta preciosa ciudad es el color blanco de los mismos y esto se debe a que están construidos con sillar, una roca blanca volcánica que es muy común en la región. Si queréis entrar en la catedral, tendréis que entrar por la parte de atrás (Pasaje de la Catedral), ya que si entráis por la Plaza de Armas no tendréis acceso a todos los habitáculos. Además, os valdrá para recorrer una calle peatonal llena de locales de restauración y tiendas con artesanía peruana.
Si necesitáis cambiar dinero, en la calle San Francisco (una de las que salen desde la Plaza de Armas) encontraréis varias casas de cambio. Nosotros conseguimos un mejor cambio que en Lima, 1 € = 3.70 soles. Además, en esa calle está la sede del BBVA Continental. Os impresionará su tamaño. Se trata de la Casa Ricketts, construida en 1738 y que ha sido un seminario, el palacio de un arzobispo, un colegio y hogar de familias pudientes.
Patio en el edificio del BBVA Continental
Estábamos disfrutando del ambiente de la Plaza de Armas cuando se nos acercó un agente de viajes que nos quiso colocar mil y una excursión. En Arequipa y, sobre todo, en Cusco, tendréis que armaros de paciencia porque los vendedores ambulantes pueden ser muy insistentes y os sentiréis hasta acosados en ciertos momentos. Al final contratamos una excursión con él, bueno, dos, pero eso os lo contaremos otro día. Habíamos leído en el blog de Salta Conmigo que valía la pena una excursión para ver los miradores de los volcanes y le preguntamos por ella. El precio que aparecía impreso en el folleto era de 45 soles por persona y una duración de 4 horas. Nos pareció demasiado caro y le dijimos que no nos interesaba y, sin más, nos la dejó en 50 soles los dos. Al día siguiente empezábamos la excursión a las 11 de la mañana, o eso es lo que nos habían dicho el día anterior y es que cuando llegamos a la Plaza de Armas, el vendedor del día anterior nos hizo subir a la agencia para intentar vendernos la excursión del Lago Titicaca. Le dijimos que era la hora de partir y nos contestó que no, que la excursión era a las 11.30. Y qué pasó? Que nos metieron en la excursión de las 11.30 que no era la que habíamos contratado. Esta duraba 5 horas y era un tour gastronómico. En la primera parada que hicimos hablamos con nuestro guía e hizo las gestiones necesarias para que en la siguiente parada nos cambiásemos a la excursión que sí que habíamos contratado y es que si seguíamos en el tour gastronómico no nos daría tiempo a visitar el imprescindible Convento de Santa Catalina. Así que ya sabéis, si no queréis que os tomen el pelo no contratéis con Fran, de Mistianos. Sabía de sobre que queríamos ver el convento y no le importó nada con tal de vendernos otra excursión y llevarse su comisión.
La primera parada la realizamos en el distrito de Yanahuara para disfrutar de las vistas del mirador del mismo nombre. Aparte de ver los volcanes, se puede obtener una buena panorámica de toda la ciudad.
Desde allí nos dirigimos a otro mirador, el de Carmen Alto en donde se observan los 3 volcanes que hay en la ciudad de Arequipa: el Misti, el Chachani y el Pichu Pichu. Dice una leyenda que el Misti y el Chachani se enamoraron y Pichu Pichu se puso muy triste y que de tanto llorar formó una laguna que se encuentra en la parte trasera del volcán. También dicen por ahí que Misti y Chachani tuvieron un volcancito, que es exactamente igual que su padre, pero de menor tamaño y al que llaman Misticito.
Después de estos dos miradores, llegó la parada comercial. Nos llevaron a un outlet para comprar prendas textiles hechas con lana de alpaca. Nosotros no compramos nada y nos volvimos al bus con las manos vacías.
Desde allí pasamos por el distrito de Sachaca hasta llegar a la Mansión del fundador. Esta visita es optativa y nosotros decidimos hacerla. El precio de la entrada es de 12 soles y 5 para estudiantes.
Patio en la Casa del Fundador
Es una visita que dura unos 30 minutos y en los que podrás ver una típica casa colonial y conocer un poco más sobre el modo de vida de aquella época.
La excursión continuó luego por el distrito de Sabandía para hacer una última parada en su Molino y ver los andenes (o terrazas de cultivo) prehispánicos de Paucarpata.
Llegamos con el tiempo justo para visitar el Monasterio de Santa Catalina, que ocupa una extensión de 20.000 m2. La entrada es bastante cara, nos valió 40 soles por persona. Tenéis la posibilidad de contratar un guía, aunque nosotros no encontramos ninguno libre y como el tiempo se nos echaba encima y no teníamos un buen recuerdo de nuestra visita guiada por el Convento de Santo Domingo de Lima, decidimos hacerlo por libre.
Fue fundado en 1580 por una viuda rica de nombre María de Guzmán, que escogía a las monjas entres las mejores familias españolas. Estas monjas contaban con criados e invitaban a músicos a actuar en las fiestas que celebraban. En 1871, el Papa Pío IX envió a una monja de su confianza a Santa Catalina que logró liberar a las sirvientas.
Durante la visita podrás deambular por sus callejuelas, ver varias celdas, claustros e iglesias y, lo que más me gusta a mi en este tipo de lugares, la gran cocina comunal.
Al lado de los confesionarios hay una escalera que os llevará a un mirador con estas bellas vistas.
Al final, los dos días en Arequipa se nos hizo poco y nos quedamos de ganas de ver alguna cosilla más, sobre todo el Museo de Santuarios Andinos donde, entre otras cosas, podréis ver la momia de la niña Juanita conservada en un congelador acristalado. Juanita era una niña inca de 12 años que fue sacrificada hace siglos en la cumbre del volcán Ampato. De todas formas, si hubiésemos aprovechado mejor el primer día en la ciudad, nos habría dado tiempo a todo. Resumiendo, Arequipa se puede ver fácilmente en 1-2 días.
Arequipa fue una ciudad que nos gustó mucho. Es una ciudad pequeña sin grandes monumentos históricos, pero con un centro antiguo muy bonito y excelentemente conservado y la imagen de la ciudad con los volcanes a modo de guardaespaldas la mantendrás siempre en tu memoria.