En Bruselas pasamos 5 noches y nos enamoró nada más salir de la estación y encontrarnos con la bonita y animada Grasmarkt en donde en su cruce con la Rue Marché aux Herbes se encontraba nuestro hotel con estas vistas.Al día siguiente y como la lluvia no nos daba un respiro, decidimos quedarnos en la ciudad y dejar la excursiones que teníamos pensado para los días posteriores.
Empezamos nuestra visita paseando por la Grand Place o Grote Markt. Es una de las plazas más bonitas que he visto jamás. Desde el centro de la plaza, la vista se te escapa ante tantos edificios majestuosos. Como dijo Jean Cocteau " La Grand Place es el escenario de teatro más bello del mundo". En ella nos encontramos con el Hotel de Ville, la Maison des Brasseurs, la Maison du Cygne, la Casa del rey (Maison du Roi), la iglesia de San Nicolás...
Continuamos nuestro paseo para ver al pequeño niño meón y es que aunque es famoso en el mundo entero, el Manneken Pis mide únicamente 30 cm. Puede que lo encontréis vestido y es que tiene un vestidor con más de 700 trajes. Dicen los bruselenses que representa su espíritu travieso y burlón.La Catedral de Saint Michel también merece una visita, tanto exterior como interior. Llama la atención que esté rodeada de edificios modernos que la deslucen un poco. Sus impresionantes vidrieras son dignas de admiración.
Si queréis hacer un alto en el camino, nada mejor que un buen gofre o unas belgian frites. Buenísimas!La lluvia nos acompañó casi todos los días y para muestra os dejamos nuestro Rail Pass completamente empapado y arrugado. El último día cuando se lo dimos al revisor casi me muero de vergüenza. Vale 76 euros y puede ser utilizado por varios pasajeros, pero siempre hay que poner antes de subirte al tren el origen, el destino y el día de la semana. Una línea por pasajero y viaje.Si antes hablábamos de las frites y los gofres no podíamos olvidarnos de las cervezas belgas. Un local chulo para disfrutarlas es la cervecería Delirium. A mi, que no soy mucho de cerveza, me gustó bastante. Es muy suave y entra de maravilla. Esta cervecería se encuentra en el Impasse de la Fidelité, justo enfrente de la Janneken Pis.Otro buen paseo, ya alejándonos un poco del centro histórico, es por los alrededores del Parc de Bruxelles, viendo el Palais de la Nation, el Palais Royal...
Continuamos hacia la Place Royale para dirigirnos hacia la Petit Sablon y, posteriormente, la Grand Sablon, dejando atrás la iglesia de Norte Dame du Grand Sablon.
No podemos olvidarnos tampoco del Pard du Cinquantenaire, en dónde nosotros visitamos el Museo del Automóvil (9 €)
La Janneken Pis, es la réplica femenina del Manneken. No es ni tan famosa ni recibe tantas visitas y nos la encontraremos tras unas rejas. Como os decía antes, está en el Impasse de la Fidelité, un callejón que parte de la Rue des Bouchers.
De la Grand Place poco más os puedo decir, sólo repetiros lo espectacular que es y, de noche, todavía más. Todos los días nos acercábamos a dar una vuelta, disfrutar de los impresionantes edificios que la rodean y del ambientazo que hay en ella. Hasta nos encontramos con un botellón de champagne!!En la foto de arriba podéis ver una parte de las Galeries Saint Hubert, con entrada por la place du Marché Aux Herbes. Fueron construidas en 1847 como las primeras galerías cubiertas de Europa y a nosotros nos recordaron mucho a las Galerías Vittorio Emanuele de Milán.Por supuesto, no te puedes ir de Bruselas sin visitar el Atomium. Nosotros no pudimos entrar porque llegamos a las 17.31 y su puerta cierra a las 17.30 h. La razón es que muy cerca de allí, en los pabellones de la EXPO, había una exposición sobre el Titanic que no quería perderme y que, al final, acabó no sólo decepcionándome si no que nos hizo perder varias horas en colas que podíamos haber aprovechado un poco mejor.
Nuestro hotel en Marché aux Herbes
Petit Sablon
Arco del Cincuentenario
Autoworl, con una exposición temporal sobre los 100 años de Maserati