Cabezón de la Sal es el pueblo más importante del valle que abre el río Saja. La localidad se encuentra a medio camino de Torrelavega y San Vicente de la Barquera, con salidas cercanas al mar por Comillas o Cóbreces. Se trata del centro neurálgico de la zona, cuyo nombre proviene de las ricas minas de sal que ya desde época romana fueron explotadas. Actualmente, este conjunto de minas de sal está cerrado, ya que su explotación afectaba a muchos edificios cercanos. Por otro lado, el término “Cabezón“, viene del vocablo romano Capezone, medida romana que servia para la comercialización de la sal.
Se trata del típico pueblo cántabro, con un mercado de productos artesanales y antigüedades. Además, existen numerosos talleres de artesanos, rica gastronomía (como el chuletón de vaca tudanca o las alubias con codornices) y exquisitos dulces típicos. En este artículo, vamos a mostrar los diferentes lugares que ver en Cabezón de la Sal y alrededores en 1 día.
Poblado Cántabro de Cabezón de la Sal
El poblado cántabro de Cabezón de la Sal es uno de los planes más singulares que hacer en este pequeño pueblo cántabro. Se trata de una reconstrucción de un poblado cántabro que sirve para conocer como vivían los moradores de estas tierras desde la edad del Hierro y el Bronce. Se encuentra situado junto a la entrada del pueblo.
Las visitas a las instalaciones se hacen con guía, que va presentando los diferentes castros que habitaban los cántabros. Existe un total de 5 cabañas, de las cuales se visitan 2 por dentro. En ellas, el guía va explicando la forma de vida de los cántabros de la época. Además de las construcciones, se pueden utensilios de cerámica, armas que utilizaban para la guerra y prendas de vestir.
Monumento Nacional de las Secuoyas
La visita al parque de las Secuoyas es una de las paradas imprescindibles que hacer en Cabezón de la Sal. Se trata de uno de los lugares naturales más impresionantes y poco conocidos de Cantabria. El bosque está compuesto por más de 800 secuoyas de cerca de 50 metros de altura.
La historia de este peculiar bosque data de los años 40 , cuando se plantaron estas secuoyas para ser vendidas como madera. Esto se realizó a la vez que la apertura de la fábrica de Sniace, una de las principales empresas industriales del cinturón de Torrelavega. Una vez que crecieron, no era necesaria su utilización, por lo que se decidió mantener el bosque.
Actualmente, es un lugar al que muchos amantes de la naturaleza viajan para disfrutar de su tranquilidad y paz. En sus cerca de 2 hectáreas y media hay paneles informativos que hablan del bosque y su historia, merenderos y un mirador. Se trata del típico lugar que no debería estar allí, pero cuando lo ves, no puedes olvidarlo.
Museo Regional de la Naturaleza
En la villa de Carrejo, a escasos kilómetros de Cabezón, se encuentra el Museo de la Naturaleza de Cantabria, una de las visitas más interesantes que hacer en Cabezón de la Sal con niños. El museo, se sitúa en un antiguo palacio de estilo montañés de piedra de sillería del Siglo XVIII, declarado Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Cantabria en 1984.
Cuenta con dos pisos, con una rica exposición sobre la flora y la fauna cántabras. La visita está formada por una exposición permanente de maquetas, paneles informativos, animales disecados, etc, de los diferentes ecosistemas que existen en Cantabria. Este pequeño museo regional busca ser un plan alternativo para los que quieran conocer la gran variedad de hábitats que existen en un territorio relativamente pequeño como es esta comunidad.
Centro histórico de Cabezón de la Sal
El casco antiguo de este pequeño pueblo cántabro ofrece muchas cosas que ver en Cabezón de la Sal. En él, podemos encontrar la arquitectura típica de las casonas señoriales cántabras. Atravesando el casco histórico resalta la Iglesia de San Martín.
La Iglesia de San Martín es la construcción religiosa más importante que ver en Cabezón de la Sal. Este templo, de estilo barroco montañés, data del Siglo XVII. La entrada está realzada con una portada de arco de medio punto, rematada por un bello tímpano y una hornacina con la imagen de San Martín. En el interior destaca la pequeña capilla de la Virgen del Campo, patrona de la población.
En el exterior del casco antiguo se encuentra el palacio de Bodega, construido por el linaje de los Ceballos en el Siglo XVIII. Se trata de la mejor muestra de casona blasonada de Cabezón de la Sal. Su fachada responde perfectamente a la estructura prefijada para estas construcciones. Cuenta con 3 arcos de medio punto, pilastras adosadas y, como remate, el escudo blasonado de los Ceballos, una de las familias más influyentes de Cantabria.
Parque Conde de San Diego
El Parque Conde de San Diego es un parque actualmente público por donde pasear en Cabezón de la Sal. Cuenta con grandes prados verdes, zonas de árboles importados y una típica bolera cántabra en el interior. Esta variedad bolística es practicada a lo largo de toda la Comunidad y en zonas de Castilla y León, Asturias y el País Vasco. Es por ello que se pueden ver boleras en la mayoría de pequeñas villas cántabras.
En el Parque Conde de San Diego está ubicada la casa de Don Eugenio Gutiérrez González, conde de San Diego. La casa del Conde de San Diego, está construida por el prestigioso arquitecto Salaberri, a principios del siglo pasado. A pesar de situarse en un pueblo de gran tradicción de casas de estilo montañés, el arquitecto optó por un estilo centroeuropeo más funcional. Se trata de una residencia utilizada por los reyes y las infantas, que actualmente hace las veces de centro para actividades culturales.
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