Tras haber paseado brevemente la noche anterior por sus calles, el día siguiente (y que dedicaríamos enteramente a Liubliana) comenzó visitando el castillo. Se puede subir a pie desde el centro histórico, en funicular o, como hicimos nosotros, en coche, ya que hay parking suficiente y gratuito.
El castillo de Liubliana es un gran recinto con varios museos, miradores y hasta cafeterías. La entrada es gratis, aunque si quieres acceder a los museos y a la Torre Panorámica (en donde proyectan un vídeo resumen de la historia de la ciudad) tendrás que pagar 10 euros/persona.
Esta preciosa escalera de hierro forjado, que nos lleva a la atalaya, nos encantó y desde arriba hay unas buenas vistas de la ciudad. Nos habría gustado hacer esta visita al final, después de conocer sus calles y plazas, pero tampoco está mal como primera toma de contacto.
Bajamos del castillo y buscamos aparcamiento en la zona que nos habían recomendado en el hotel, muy cerquita de la oficina de turismo, entre Ulica Janeza Isola y Ulica Talcev. Otra zona para aparcar tipo O.R.A. (mucho más barato que los parkings) sería cerca de la Galería Nacional.
Nosotros llevábamos una ruta circular a pie preparada desde casa, que luego modificamos y ampliamos, pero lo esencial de Liubliana sería: Puente de Santiago, Gornji trg ((una pequeña calle medieval con pasadizos), el castillo, el Mercado central, el Puente del Dragón, el Puente de los Carniceros, la Catedral de San Nicolás, la Plaza del Ayuntamiento con la Fuente Robba, el Puente Triple, la Plaza Presernov, las calles Mestni y Stari, el Puente del Zapatero y la Biblioteca Nacional Universitaria. Aparte de todo esto, y algunas cosillas más que, como os decíamos, añadimos a posteriori, veréis un montón de pirámides, obra del famoso arquitecto Joze Plecnik, que parecía tener una obsesión con estos símbolos.Uno de los principales puentes es el Puente del Dragón, que representa al símbolo de la ciudad, ya que según la leyenda, Liubliana fue fundada por el héroe mitologíco Jasón que junto los argonautas navegaron desde el Mar Negro hasta el río Liublianica. Ahí desmontaron el barco y lo volvieron a montar para regresar a Grecia. Camino del litoral pasaron por un pantano donde habitaba un dragón al que Jasón derrotó.Desde el puente del Carnicero (Mesarski most) salen barcos cada hora para dar un bonito paseo por el río. Tras cruzar el puente nos encontramos con el Mercado Central, con sus soportales, y si continuamos, nos encontraremos con la Catedral de San Nicolás. Antes de continuar por la misma calle, podemos cruzar otra vez el río para acercarnos a la Plaza Presernov y el famoso Puente Triple (Tromostovje).
En las inmediaciones de la Plaza Presernov podemos deleitarnos con varios edificios singulares. En la misma plaza, nos encontramos con el monumento al poeta esloveno France Preseren, la Farmacia Central (un antiguo café frecuentado por intelectuales del s. XIX), la iglesia de la Anunciación, el Placio Urbanc o la casa Hauptman.
El curioso Puente Triple se construyó en 1842, se llamaba Puente del Hospital, y disponía una sola arcada. Fue entre 1929 y 1932 cuando Plecnik añadió dos pasarelas laterales para peatones. Si continuamos por la calle Miklosiceva, veremos el antiguo Banco de Crédito Popular o el antiguo Banco Cooperativo.Deshacemos nuestros pasos hasta cruzar, de nuevo, el Puente Triple para encontrarnos con el Ayuntamiento y las preciosas calles y plazas Mestni y Stari. Cruzamos otro puente, esta vez, el Puente del Zapatero (Cevljarski Most) y ya nos quedamos, de momento, a ese lado del río para admirar la Biblioteca Nacional Universitaria, obra, como no, del famoso Plecnik.
Si queremos hacer una ruta circular hasta el castillo, podemos cruzar el Puente de Santiago y dirigirnos, antes de alcanzar nuestra meta, hasta la calle Gornji, donde hay varias casas medievales con unos estrechos pasadizos laterales en donde antiguamente se depositaba la basura para que el agua la arrastrase hasta el río. Muy ecológicos nuestros antepasados :-D
Con este pequeño paseo que os describrimos, os haréis una idea general de la bella Liubliana. Nosotros dedicamos la tarde a pasear por algunos rincones de la zona nueva, en los barrios Krakovo y Trnovo, con tramos de la antigua muralla romana. También podéis pasear por el parque Tivoli y probar la hamburguesa de caballo que se sirve en una de sus cafeterías o acercaros al barrio alternativo de Metelkova.
Por cierto, para los golosos, cerca de la Plaza del Congreso (Kongresi trg) se encuentra la que dicen que es la mejor heladería del planeta (según la Lonely), la Gelateria Romantika. A nosotros no nos pareció nada del otro mundo, pero tampoco estaban mal.
Muy pronto os contaremos nuestro paso por el Parque Nacional Triglav , los Alpes Julianos y la ciudad eslovena más italiana, Piran.