Recientemente he regresado de un pueblo de las Alpujarras donde viví los primeros meses del año y los últimos del anterior. Esta vez fue una estancia de poco más de 2 semanas pero me ha inspirado para escribir una serie de posts sobre estas tierras del sur de España que tanto me gustan. Me refiero a la provincia de Granada, situada en el sureste peninsular y a orillas del mar Mediterráneo, en plena cordillera Penibética. Su capital, Granada, es una ciudad famosa por su arquitectura de legado andalusí, destacando la Alhambra, Patrimonio de la Humanidad.
En este post he decido contar el viaje que me trajo de visita a estas tierras hace unos años por segunda vez en mi vida. La primera vez fue hace mucho y no guardo muchos recuerdos de entonces. Después habrá otros posts donde hablaré de mi experiencia viviendo aquí recientemente, y me centraré en la zona de las Alpujarras, que es la que conozco mejor. En aquel viaje que realicé con unos amigos ingleses en el año 2017, cuando vivía en Bristol, visitamos la ciudad de Granada, Monachil y las Alpujarras en sólo 4 días. Veníamos de pasar unos días en Almería donde nos quedamos en casa de un amigo en el precioso pueblo de Vélez Blanco. Pero volvamos a Granada. En este post os cuento lo que visitamos en la ciudad y una excursión a Monachil.
Situada a los pies de Sierra Nevada, Granada es una de las ciudades más bonitas de España y con un patrimonio cultural único en el mundo. Fue la capital de Al-Ándalus durante mucho tiempo y su caída en 1492 marcó el final de la Reconquista. La cultura del Reino Nazarí ha perdurado a través de numerosos edificios y monumentos como la famosa Alhambra con sus hermosos jardines de Generalife. También hay barrios con encanto como Albaicín y Sacromonte, miradores, la catedral, antiguas iglesias, etc.
Esta ciudad andaluza cuenta con una amplia oferta hotelera, estando muchos de los hoteles en los barrios con mayor encanto, desde donde se pueden recorrer a pie los principales lugares turísticos de la ciudad. En este post puedes encontrar información sobre dónde alojarse en Granada que seguro será de gran utilidad para tu visita.
Nosotros empezamos la visita por la Alhambra, el sitio más emblemático de la ciudad, conocida como la octava maravilla del mundo. Situada en lo alto de la colina al-Sabika, este conjunto de palacios, jardines y fortaleza, fue construido en 1238 por el rey Nazarí de entonces.
Llegar allí andando nos llevó bastante tiempo pues es cuesta arriba, aunque no parecía tan lejos en el mapa. No teníamos entrada así que visitamos lo que pudimos de forma gratuita. Subimos por la cuesta de Gomérez desde Plaza Nueva, atravesando la Puerta de Las Granadas, entrada principal del recinto. Fuimos a la plaza de los Aljibes, pasamos bajo la puerta de la Justicia y recorrimos el bosque de la Alhambra. También visitamos el Palacio Carlos V y el Convento de San Francisco.
Desde la Alhambra caminamos al Paseo de los Tristes, considerada una de las calles más bonitas de Granada, junto al río Darro, que da nombre a la calle contigua, Carrera del Darro. Aquí hay monumentos históricos, iglesias, baños árabes, casas antiguas y tiendas de artesanía.
De ahí continuamos al barrio del Sacromonte, uno de los más pintorescos de Granada, famoso por los gitanos y sus cuevas. Es uno de los mejores lugares de la ciudad para asistir a un espectáculo flamenco. Visitamos el Museo Cuevas del Sacromonte y la Abadía de Sacromonte.
Después visitamos el barrio más antiguo y bello de Granada, el Albaicín, con sus estrechas callejuelas estilo árabe en las que es fácil perderse. En este barrio hay muchas teterías y bares para tapear. Aquí podemos encontrar algunos de los mejores restaurantes en Granada y por eso decidimos parar a comer. En uno de estos restaurantes pudimos probar algunos platos típicos como el remojón granadino y la tortilla del Sacromonte.
Al atardecer nos acercamos al famoso mirador de San Nicolás, con sus espectaculares vistas de la Alhambra y la Sierra Nevada al fondo. La subida por las empinadas calles fue un poco agotadora pero merece la pena. Allí nos quedamos hasta que anocheció.
Al día siguiente fuimos a Monachil muy temprano para hacer la famosa ruta de los Cahorros. La ruta discurre por un desfiladero junto al río Monachil, un paraje con cuevas y diversas formaciones rocosas.
En la primera parte del recorrido pudimos contemplar un espectacular paisaje montañoso y en la segunda el mayor atractivo era el río con sus cascadas. En esta segunda parte hay cierto elemento de aventura, con estrechos pasadizos que a veces requieren agacharse o pasar a gatas, y varios puentes colgantes.
Por la tarde regresamos a Granada para ver un poco más. Visitamos la Catedral de Granada, primera catedral renacentista de España y una de las más grandes. Fue construida entre 1523 y 1706 sobre una antigua mezquita. En la Capilla Real están los sepulcros de los Reyes Católicos, su hija Juana la Loca y su marido Felipe el Hermoso.
Enfrente de la catedral se encuentra el Palacio de la Madraza, que fue una escuela musulmana de estudios superiores construida en 1349, primera universidad de Granada. Su estilo arquitectónico original es nazarí pero varias reformas posteriores le han dado un aspecto barroco. Merece la pena subir a la sala superior con su decoración estilo mudéjar que alberga magníficas armaduras.
Junto a la catedral se encuentra la Alcaicería, un antiguo mercado musulmán del siglo XIV, que fue restaurado tras el incendio que sufrió a finales del siglo XIX. En sus estrechas callejuelas hay tiendas de artesanía donde se pueden comprar la cerámica de Fajalauza o la incrustación de madera o taracea.Después nos acercamos a la calle Calderería Vieja para tomar un té en una de sus muchas teterías. Nos encantó el ambiente del lugar. Fue un día muy bien aprovechado y ya relajándonos en la tetería, fue el momento perfecto para hacer balance y comentar todo lo que habíamos visto.
Así terminó nuestra visita en Granada. Fue breve y no tuvimos tiempo de visitarlo todo, pero al menos pudimos ver los lugares más importantes de la ciudad. Algunos del grupo terminaron aquí su viaje para volver a casa mientras otros continuamos un par de días más en las Alpujarras. Aunque me gustó mucho, nunca pensé entonces que algún día acabaría viviendo varios meses allí. Uno de los pueblos que visitamos es de donde he venido hace poco, pero eso ya será para contarlo en otro post.
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